Correr desde pequeño

Escribe Nicolás Tatasciore

La Deportista, es un grupo de entrenamiento que funciona en varios parques como el Centenario, el Avellaneda o el Chacabuco. Liderados por la triatleta Laura Urteaga (vecina de Flores), los miembros del grupo entrenan aprovechando los espacios verdes de la ciudad y su amplitud. Conocemos la historia de Nicolás (17), Mateo (11) y Martín (11). Ellos son tres jóvenes que entrenan desde temprana edad. Empezó como un hobby y se convirtió ya en parte de su vida cotidiana.

Nicolás Taurozzi tiene 17 años. Es estudiante secundario y entrena hace un año y medio. Hacía natación, luego empezó a correr y hacer preparación física. También hizo ciclismo y así tiene completa las tres categorías de triatlón. Cuenta que fue su familia quién le heredó la pasión por el deporte. “Mi mamá dice que correr una carrera por ejemplo, te ayuda a fijar un objetivo”. Uno puede notar en su mirada y en su tono de voz, la convicción que tiene sobre lo que dice. Le preguntamos de que manera articulaba el entrenamiento con el estudio. “Se complementan las dos cosas” afirma con mucha seguridad, “Yo me permito correr si ya hice las cosas del colegio. Y después el correr me ayuda, justamente, a librar las tensiones de la escuela”

Mateo Cárdenas de 11 años, corre desde hace dos años. Ya realizó una carrera en las sierras y corrió 2 kilómetros con su hermana y su madre. En su caso, además de sus familiares más cercanos, fue su tía la que se unió al grupo de La deportista de Parque Chacabuco y luego se sumó él. En los “entretelones” de la entrevista, la mamá de Mateo nos contó que al principio su hijo corría con ella y realizaba su misma rutina, y ahora entrena con los adultos. “Nosotros acá en el Chacabuco, corremos y usamos los espacios del parque para entrenar”.

Martín Taurozzi, hermano de Nicolás, tiene 11 años. Al igual que su hermano, arrancó con natación. Ambos son de Flores y entrenan en el Parque Centenario, coordinados por la Prof Marcela Gregory, de La Deportista. Martín explica que realiza entrenamiento después de la escuela, a modo de distenderse. Tanto a él como a Nicolás, se les nota ya una pasión por el entrenamiento. “Ya es algo necesario” coinciden los hermanos.

En un clima de charla muy ameno, los jóvenes cuentan como es la vida de un deportista. Es necesario llevar, no una dieta estricta pero si una alimentación sana. No debe faltar en las comidas las carnes y las ensaladas. Además a la hora de realizar la actividad física es importante tomar líquido y tener a mano una fruta, como por ejemplo una banana. Por otro lado, explicando los elementos necesarios para correr bien equipados, Mateo cuenta que no puede faltar: reloj, la ya mencionada banana, una toalla para secar el sudor, una botella de agua, y por supuesto el calzado adecuado. En cuanto al tipo de zapatilla necesario Nicolás explicó que primero hay que ir a una casa de ortopedia especializada en deportes. Ahí mismo los especialistas pueden determinar qué tipo de pisada tiene uno y en base a eso elegir el calzado, para asegurarnos no solo el confort sino evitar posibles lesiones.

Por otro lado, frente a la pregunta de si era mejor o no entrenar en grupo, los tres muchachos sin dudarlo asintieron con firmeza. “La tensión se reparte entre el grupo” amplió Nicolás.

Estos tres jóvenes son un claro e inspirador ejemplo de cómo tranquilamente se puede combinar un actividad física, con las obligaciones diarias. Y el deporte puede pasar de ser solo un hobby o una “obligación” (sea por algún factor médico o social) a ser una pasión y un elemento que ayuda a canalizar las tensiones diarias, de como el entrenar en grupo genera precisamente eso, el sentimiento de grupo, de conjunto. Entonces, tras haber tenido la oportunidad de acercarnos a la rutina de estos muchachos, solo resta ¡correr tras su ejemplo y tratar de alcanzarlos!.

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Los beneficios del deporte para los niños

1. Combate el sedentarismo.
2. Le enseña a plantearse objetivos.
3. Le ayuda a abrirse a los demás, ser solidario y superar la timidez.
4. Frena sus impulsos excesivos.
5. Fomentará en el niño la necesidad de colaborar por encima del individualismo (trabajo en equipo)
6. Produce un aumento generalizado del movimiento coordinado aumentando sus posibilidades motoras.
7. Favorece el crecimiento de sus huesos y sus músculos.
9. Le enseña a tener ciertas responsabilidades.
10. Potencia la creación y regularización de hábitos.