Elecciones porteñas: A todo o nada, antes de tiempo

Las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, concluidas formalmente el 31 de julio con el balotaje en el que el Pro le ganó a la fórmula encabezada por Daniel Filmus, fueron definidas, a todas luces, en la primera vuelta del 10 de julio, con un resultado irreversible a los ojos de cualquier análisis o predicción. Muchos se preguntaron, y de eso habló Mauricio Macri en la primera conferencia de prensa luego del triunfo, acerca de la necesidad de realizar la segunda vuelta.
Es importante, por eso, analizar los resultados de aquella primera elección, en la que además se eligieron legisladores y, por primera vez, jefes comunales.
Lo primero que hay que decir es que fuera del Pro (4 comuneros), Frente para la Victoria (2 comuneros)  y Proyector Sur (1 comunero), no hubo ninguna fuerza política que obtuviera alguna banca entre las siete que conformarán las juntas comunales.  Este fenómeno fue en toda la ciudad.
La voluntad popular es incuestionable, más cuando esa voluntad es expresada a través del voto. Lo que sí se puede cuestionar son las falencias de las instituciones; en este caso, la falta de información al votante.
“En la primera vuelta era posible pensar en las listas de legisladores y de comuneros lo cual habría adjudicado probablemente algún legislador más a otras agrupaciones y, sobre todo, habría evitado que Pro ganara en todas las comunas y, en consecuencia, fueran suyos todos los presidentes de esa nueva organización territorial. La primera vuelta habilitaba estas acciones diversificadoras de los votantes” escribió Beatriz Sarlo en el diario La Nación del 16 de julio.
“En elecciones de doble turno -continúa Sarlo- se elige quiénes pasan de la primera (vuelta) a la segunda, pero hay espacio para un margen de indeterminación que haga posibles las renovaciones políticas.”
Las alternativas que señala Sarlo, claramente, no tuvieron lugar en la Ciudad de Buenos Aires, donde se votó a todo o nada en una elección polarizada durante la campaña, y con el humor político de los porteños -al igual que el de los santafesinos- nacionalizado en las urnas.
Sin embargo, y aunque los resultados fueron más un mensaje para analistas que un impulso para transformar algo, en la comuna 7, el director de Flores de Papel, Roberto D´Anna fue elegido por el 90 por ciento de las personas que cortaron boleta en su categoría. Su candidatura fue apoyada por el diputado Daniel Amoroso, quien también se desempeña como jefe de Campaña de Francisco de Narváez y es precandidato a diputado nacional junto con el ex fiscal Pablo Lanusse y la periodista Fanny Mandelbaum.
El diario Clarín en su versión digital tituló luego de los comicios del 10 de julio: “”La elección también dejó victorias simbólicas de incipientes listas vecinales, que si bien no alcanzaron para obtener un lugar en las juntas locales, tuvieron saldo favorable en el corte de boleta. En la Comuna 7 (Flores), la lista comunal de la Alianza Juntos por la Ciudad -liderada por Roberto D’Anna, editor del periódico barrial “Flores de Papel”- logró el 2,48% de los votos, contra el 0,29% que cosechó la boleta para jefe de Gobierno”.  A días de las elecciones, el 82 por ciento de los ciudadanos no sabía nada sobre comunas. Ese dato se vio reflejado en las urnas. Mal comienzo para una instancia que se pretende innovadora.

Escribe Juan Pablo Presti