Escribe Eduardo Nocete
El barrio de Flores no sólo perdió gran parte de sus teatros y sus cines, también perdió grandes casas pertenecientes a familias tradicionales del país, que se asentaron en nuestro barrio porque su fama ya venía desde antes de la independencia.
Esas residencias están en su mayoría abandonadas, excepto el Museo Marcó del Pont y no son reclamadas por los vecinos del barrio, ni por el Gobierno de la Ciudad. A continuación se va a tratar de hacer un recorrido con las casas que fueron de mayor trascendencia y los personajes que habitaron alguna vez por esta zona.
La casas históricas de lo que hoy es Casco histórico, se hicieron con el frente mirando al ferrocarril, construyéndose entre 1857 a 1870.
Geográficamente, Flores comienza en la avenida Donato Álvarez, y allí se encuentra la primera casa, entre la recién mencionada y Yerbal, que perteneció a Norberto de la Riestra (Ministro de hacienda de Santiago Derqui de 1860 a 1861) que después fue utilizada como jefatura de la playa de las cargas Caballito. Ahora hay un organismo estatal que la maneja.
Las casas de relevancia con fachada italianizante, son a partir de Caracas y la vía, es en esa dirección donde está la casa de Alejandro Rosa, quien fue amigo de Bartolomé Mitre y fundador de la Academia Nacional de Historia, la cual se forma esta entidad.
Para continuar la recorrida, en la esquina de Condarco hay una casa que está en poder de los Scout, que fue de Manuel de Escalada, el hermano de Remedios de Escalada, que muere en ese hogar, estando ahora totalmente abandonada. Y para terminar, hay una casa que una cuadra más adelante, en la esquina de Terrada y la vía llamada La Antonia, perteneció a la familia de Roca.
Todas estas casas se cedieron a viejos empleados del Ferrocarril y hoy, como dijimos anteriormente, están sin una protección real.
La calle Bacacay está abandonada por la acción pública, porque de Donato Álvarez hasta Nazca muchas casas están hechas por Alejandro Christophersen, otra por Sánchez Lagos y Della Torre. Suena utópico, pero una vez que se resolviera el tema de las barreras, es una calle que merece ser reempedrada, para recuperar el tono de la época y que se convierta en una calle amable para los vecinos. Bacacay merece ser caminada, porque tiene una arquitectura impresionante.
Por otra parte, Lazzari insiste en valorar la zona por su pasado y su gran arquitectura: “habría que generar núcleos de interés, hay varias casas históricas. Desde las valiosas presencias que hubieron ahí como: Oliverio Girondo, Alfonsina Storni, Roberto Arlt, Agustín Magaldi, Hugo Del Carril, Baldomero Fernández Moreno. Flores tendría que ser el barrio de los escritores”.
Flores por un lado tiene una tradición, que la gente identifica con un barrio, con una historia detrás. Una arquitectura formidable. Más allá del decaimiento del barrio, mantiene una tradición que lo convierte en único e interesante. Sin embargo, es lamentable tener que dejar de lado la inmensa historia, los personajes y las anécdotas que hoy en día no son conocidas por la mayoría de los vecinos del barrio.