Los vecinos colocaron un cartel ante una ola de arrebatos que también afecta a turistas.
El barrio del Papa, inseguro. Vecinos de la calle Membrillar, en Flores, colgaron un llamativo cartel para advertir a los turistas que a diario llegan a la casa donde vivió y creció Jorge Bergoglio.
Hace algunos días, se inauguró el “papa tour”: un trayecto en bus que recorre parte del barrio de Flores como la casa de Membrillar donde Francisco convivió durante su infancia con sus padres y sus hermanos. También pasa por la plaza Herminia Brumana, en Membrillar y Francisco Bilbao, lugar en el cual un adolescente Jorge Bergoglio solía jugar el fútbol con sus amigos. Y por último, la Basílica San José de Flores. Pero ahora, los turistas se sorprenden al leer: “¡Atención! Zona peligrosa, robos y hurtos” , en un improvisado pasacalles de tela que colgaron los vecinos en la intersección de Gregorio de Laferrere y Membrillar–.
A simple vista, las calles de la vieja casa del papa Francisco transmiten la tranquilidad de una zona residencial con pasajes arbolados, construcciones bajas, veredas limpias y poco tránsito. Sin embargo, quienes viven allí aseguran estar sufriendo una seguidilla de robos y arrebatos.
“Amamos nuestro barrio. Es hermoso. Pero últimamente hay muchos robos al voleo. Te sacan el celular, la cartera y hubo casos más graves como entraderas y robos de autos. A mi hijo y tres compañeros del colegio, a la una y media de la tarde, les sacaron todo cuando pasaban frente a la casa del Papa”, contó Sandra Reartes, vecina de la calle Membrillar.
Con respecto al pasacalles, Sandra aseguró: “Fue una decisión de gente de la cuadra para que todos estén más atentos. Y también para los turistas, porque los vemos constantemente y se bajan distraídos, con cámaras y objetos importantes. Desde que lo pusimos la comisaría reaccionó, nos envió un efectivo a custodiar las tres esquinas y notamos más patrullaje”.
En tanto, Humberto Prado, otro vecino de la zona, relató que hace un año le robaron el auto a punta de pistola cuando salía del garaje de su casa. “Hace 40 años que vivo en el barrio y el otro día me quisieron meter el cuento del tío: una mujer se me acercó e intentó hacerse pasar por amiga de mi hija. No le abrí, pero casualmente, días atrás, me la crucé caminando por la vereda de la casa de Bergoglio”, concluyó.
Lucas Vigiani