Buenos Aires, 12/10/2024, edición Nº 5152
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Policiales

El Crimen de Flores

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La-capilla-ardiente-del-agente-Pérez-

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1910, Barrio de Flores, los Hermanos Arévalo, Cristóbal y Antonio son buscados intensamente por la Policía por la muerte de Daniel Villa Márquez (también se podría llamar  José Díaz o Juan Pérez) asesinado el 11 de Junio en la calle Provincias Unidas.

Días después el agente Pérez de la comisaría 23 estaba haciendo su rondín por la calle Bella Vista (Donato Alvarez) al 100, nadie suponía que se iba a cruzar con los asesinos de Villa Márquez.

Pérez  da la voz de alto a dos sospechosos que en segundos se abalanzan sobre él, este se traba en una breve escaramuza pero Cristóbal Arevalo (muy hábil con armas blancas), con una certera puñalada en el pecho le da muerte y como souvenir se llevan el machete del pobre agente. Los asesinos se dan pronto a la fuga y se esconden en un Cafetín de la calle Bella Vista (Donato Alvarez) 576.

Al heroico efectivo lo velaron en la Capilla Ardiente de la Comisaría 23 y sus restos fueron llevados al Cementerio de Flores donde después de un emotivo discurso de despedida pronunciado por el Comisario José H. Sarrieta se le dio cristiana sepultura.

Al instante de despedir a su compañero abatido, se forma un equipo de investigaciones dirigido por el Auxiliar Miguel Peire, ellos sabían bien que los asesinos seguían rondando por el barrio. Poco duró el escondite, el Agente de Investigaciones Antonio Torres descubre el paradero de los criminales. Ya listos para arrestar a los Arévalo, tres agentes se presentan en el Cafetín de la calle Bella Vista, con total desprecio y arrogancia al personal policial, Cristóbal Arévalo blande su cuchillo y apuñala en dos ocasiones al Agente de Investigaciones Eduardo Berón y a posterior hiere de un profuso tajo al Agente Luis A. Brennan, desesperadamente el efectivo policial Fidel Zabala logra a fuerza de golpes y machetazos reducir a Arévalo, dejándolo con cortes y golpes en su brazo derecho y cabeza.

En la requisa se le encontró a Cristóbal, un cuchillo, una vaina de papel, una barba postiza y el machete del agente Pérez, con el que se defendió tan heroicamente. También se procedió a dar arresto a Antonio Arévalo.

Poco después de este terrible suceso, los hermanos Arévalo le envían desde la cárcel una carta de puño y letra a su madre, lamentablemente sin remordimientos ni disculpas por lo gravemente sucedido…

(*) Hernán S. Vizzari es Investigador Histórico. Fundador de www.cementeriochacarita.com.ar. Fotos: Revista PBT –  Edición de 1910

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