“Los pueblos que olvidan su historia…

…están condenados a repetirla”,  expresó el Dr. Nicolás Avellaneda, Presidente de la Nación Argentina en los años 1874 a 1880,  quién durante su mandato, se encargó de la repatriación de los restos del Gral. San Martín desde Boulogne Sur Mer, Francia.

Finalizaba 1989 cuando en mi carácter de Presidente del organismo nacional que reúne fraternalmente a las iglesias  evangélicas bautistas de la Argentina, estaba preparando el programa de la Asamblea Bienal que, con representantes de todas ellas, llevaríamos a cabo los días 25 al 27 de mayo de 1990.

Comenzar un encuentro con personas que vendrían de todas las provincias del país un 25 de mayo, ameritaba una recordación adecuada de la fecha fundacional de la historia de nuestro país, y para darle fuerza al asunto, se me ocurrió que sería bueno contar con la presencia de la Fanfarria Militar “Alto Perú”, del Regimiento de Granaderos a Caballo “General San Martín.

Comencé por conectarme con el Jefe de Ceremonial del Regimiento y explicarle la idea, y su primera respuesta fue “USTED ESTÁ LOCO” seguida por la pregunta: ¿sabe lo que para nosotros es el 25 de mayo? , a lo que respondí que si, pero agregando que en los últimos años, yo veía que los actos oficiales que recordaban la fecha eran muy flojos y casi inexistentes, hecho muy fácil de comprobar, y que nosotros queríamos hacer algo realmente significativo.

¿Cómo terminó el asunto? Tuvimos a la Fanfarria, que estaba en pie desde las 3 de la mañana, y desarrollamos un acto que motivó que su jefe dijera que “pocas veces había escuchado cantar el Himno Nacional” con la fuerza con que lo hicimos ese día.

En mi artículo de abril de 2012, recordé que por lo menos hasta diciembre del 2024, cuando se cumpla el bicentenario de la Batalla de Ayacucho, tendremos un montón de fechas más que significativas de nuestra historia de país recién nacido y en formación, de las que se cumplirán 200 años.

Hace horas que recordamos uno casi ignorado, como es la iniciación de la Asamblea Constituyente del año 1813, que tuvo una trascendencia fenomenal, porque entre otras varias cosas, aprobó la poesía patriótica de Vicente López y Planes, musicalizada por Blas Parera y declararla el Himno Patrio; decretó la libertad de vientres; redujo el Ejecutivo Nacional a una sola persona instalando el Directorio; declaró la libertad de los esclavos extranjeros.

Lo hicimos, hasta donde conozco,  con el 31 de enero feriado nacional por única vez y con el desarrollo de un gran festival de música en la Plaza de Mayo.

La trascendencia de la Asamblea del año 13 está fuera de toda discusión. Pero ello no hubiera sido posible si solamente tres días después, en la madrugada del 3 de febrero, San Martín y sus granaderos no hubieran triunfado categóricamente en San Lorenzo, en una acción que él mismo denominó en el parte escrito al terminar el combate  como “el primer ensayo de las tropas de mi  mando” y que resultó fundamental para  cortar de cuajo las correrías de los buques españoles por el Paraná, que saqueaban las  poblaciones ribereñas para obtener los víveres que necesitaban para alimentar a los habitantes de Montevideo, sitiada por tierra, pero libre por agua y que tranquilizó todo el litoral fluvial,  y el 20, Belgrano no hubiera hecho lo propio en Salta, al frente del Ejército del Norte, que eliminó el riesgo que los realistas bajaran desde el Alto Perú a sofocar el proceso de libertad en marcha.

Ahora bien, no es cuestión de pretender convertir a todos los ciudadanos argentinos en especialistas en historia, pero la verdad es que el nivel de ignorancia y desinterés que tenemos en general por nuestro pasado, heroico en muchos casos,  y que se expresan con muchísima fuerza en programas mediáticos como  “A todo o nada”, conducido por Guido Kaczka en canal 13 o “Lo sabe, no lo sabe”, de América, es altamente preocupante, porque el que no sabe de donde vino y cuanto les costó en  vidas humanas y pérdida de bienes materiales, a los que hicieron posible la libertad que hoy tenemos, tampoco sabrá a donde va, y no tener claro el camino al porvenir es  el preludio directo de una tragedia, ya que como también dijo Nicolás Avellaneda “los pueblos que olvidan sus tradiciones, pierden la conciencia de sus destinos”.

Es tiempo de recrear la cultura del esfuerzo sacrificado, el trabajo dignificante y el estudio que permite superarnos, para que esto no se transforme en realidad. . La canción “La Argentina que yo quiero” dice: “Mi patria es soberana y su rango es de Nación, jamás será colonia gobernada desde afuera…”, pero puede llegar a serlo si no volvemos a abrevar en las fuentes de los San Martín, Belgrano, Las Heras, Cabral, Güemes, Avellaneda,etc. y dejamos de lado la comodidad y la desidia que produce el subsidio, y nos abocamos juntos, a hacer de la Argentina “UNA NUEVA Y GLORIOSA NACIÓN”

Ah, y por si le interesa, el 12 de febrero fue la Batalla de Chacabuco, el 25 el nacimiento de San Martín y el 27 la creación de la Bandera por Belgrano.

DIOS LES BENDICE.

Pastor Carlos A. Caramutti

ccaramutti@gmail.com