María Eugenia Vidal visito Flores y prometió un nuevo maquillaje para Rivadavia

A fines de enero, la vicejefa de gobierno porteño visitó este barrio para dar por comienzo a las obras de revaloración para el centro comercial de la avenida Rivadavia, entre otros proyectos.

En el “Salón Belmondo” de la calle Bonorino 49 del Barrio de Flores (a metros de la Av. Rivadavia), puntualmente a las 18 horas, la Vicefeja de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, María Eugenia Vidal anuncio el plan de remodelación y obras a lo largo de la Av. Rivadavia desde las calles Nazca a Boyacá.

María Eugenia Vidal fue vecina del barrio y cursó sus estudios en el Colegio de la Misericordia, de la avenida Directorio. De ahí, dicen sus seguidores, “su amor incondicional por Flores”.

Aunque fue notable la falta de convocatoria comercial local llevada a cabo por sus “amigos” de las asociaciones CAME y FECOBA, María Eugenia Vidal se mostro contenta y de buen humor en el debut de estos encuentros con vecinos, que buscan en un año electoral tener “capacidad de escuchar”.

La vicejefe de gobierno dijo: “Ante el cierre de la línea A de subtes, conozco lo que es viajar por Rivadavia y los problemas que están viviendo. La única manera de un cambio serio fue realizarlo de esta manera. Queremos recuperar el subte. En poco tiempo, van a ver algo distinto, con estaciones puestas en valor, limpias, pintadas, sin filtraciones y con coches nuevos con aire acondicionado. Por eso, las dificultades del cierre de la línea”.

Sobre el proyecto de la Av. Rivadavia, Vidal adelantó que “se realizaran todas las veredas nuevas desde San Pedrito a Pedernera (ambas manos) y se reparara desde Pedernera a Carabobo. A su vez, se plantaran 150 árboles que “le van a cambiar la cara a la avenida”, pequeños espacios con bancos y bicicleteros para promover el uso de este medio para trasladarse. “Rivadavia fue muy de cemento con estas modificaciones y luminarias nuevas la revalorizaremos”.

También habló de mejorar el centro comercial de la Avenida Varela y el mejoramiento de los espacios verdes como la zona de Plaza de los Virreyes (recuperar ese centro de transbordo), la plaza Millán (Bilbao y Lafuente), el Pasaje La Porteña y concluir con el enrejamiento de la Plaza Flores.

Unos minutos después, María Eugenia respondió preguntas de los presentes. Nuestro director le consultó “si tenían pensado” construir escuelas y hospitales, cercanos a la villa 1-11-14, a lo que Vidal, negó hacerlo aunque desde el comienzo de su carrera profesional, su vocación y su área de especialización fueron los temas sociales. Coordinó trabajos de campo e investigación sobre políticas sociales para empresas privadas y organismos no gubernamentales, así como el equipo técnico de la Iniciativa Popular “El hambre más urgente”. También colaboró en numerosas publicaciones sobre la materia.

Vidal, una vecina que llego a ser Vicejefe de Gobierno

Corría 1996. En el barrio de Flores, el invierno era tan crudo como la mayoría de los agostos. Un joven a bordo de un jeep, con sombrero de lana y campera, tocaba el quinto “A” del departamento donde “Mariu” vivía con sus padres y su hermano. Papá José Luis salió al balcón y observó la calle. “¿Con ése vas a salir?”, le dijo a la hija de 22 años, quien intentó calmarlo: “Quedate tranquilo pa, voy a tomar un café, no me voy a casar”. Dos años y medio después, el 17 de diciembre de 1998, el vaticinio de María Eugenia Vidal no se cumplió: se casó con Ramiro Tagliaferro, diputado provincial del PRO.

La vicejefe de Gobierno no suele adelantarse a los hechos. Hoy, acariciando los 40 años y tres hijos, (Pedro, de 3 años, Camila de 10 y María José de 8), es la nueva figura femenina del macrismo. Hija de un cardiólogo y una empleada bancaria (Norma), y hermana de Nicolás, fue una alumna casi perfecta. Cursó la primaria y la secundaria en el Colegio Misericordia, que era sólo de mujeres. De esos años todavía conserva un grupo de amigas. Incluso, una de ellas, Soledad, la acompaña como asesora en el Ministerio de Desarrollo Social.

En la Universidad Católica Argentina conoció a Tagliaferro, con quien compartía sus estudios sobre Ciencia Política. Si bien tenía muy buenas notas, llegó a decirle a una profesora de Sociología que la increpó por sonreír: “Me río de sus ‘zapatos galácticos’”.

A la hora de las vacaciones, si bien adora el mar, suele alternar con viajes al sur, donde Tagliaferro prefiere descansar. En especial, viajan a Puerto Madryn, donde viven los padrinos de sus hijas.

¿Deportes? Sólo practicaba vóley de adolescente y en los últimos tiempos empezó a ir al gimnasio, que la ayudó a bajar 15 kilos en seis meses.