Segundo Centenario del país

LaRepública asiste auncentenario
más. Lamentablemente, este segundo
centenario no se parece al de
1910,queeraelfrutodelaobrafecunda
de l a muy bi en l l amada
“Generación del 80”. Sus hombres,
con su notable intelecto y capacidad
demando, construyeron el país, le pese
a quien le pese. Lo prueba ese formidable
Palacio del Congreso
Nacional, el Teatro Colón, la primera
líneadeSubterráneos,laconstrucción
de hospitales (Alvarez entre ellos),
cientos de escuelas; el tendido generoso
y constante de ramales ferroviarios
que llegó a los 42.000 kilómetros
devías férreas en1939y ahora tandolo
contamos con 6000km. Los ramales
fueron levantados criminalmente,
siendole ferrocarril elmediode transportemás
seguroparapasajeros y carga,
especialmente para los sectores
más pobres.Algún ex presidente dijo:
Ramal que no rinde, ramal que se levanta”.
¿Se puede admitir tamaña canallada?
¡Cuántas pequeñas poblaciones
quedaron aisladas!
LaArgentinafueacreedorademuchas
nacioneseuropeasqueestabanempobrecidas
y hambrientas por los efectos
de las Guerras Mundiales y estaban
hipernecesitadas de nosotros y
contando con una cuantiosa cantidad
de lingotesdeoroenelBancoCentral,
¿Cómo se explica que el país haya ido
para abajo?
Sehallegadoalextremodecrearseuna
cuestión de lucha de poderes por las
reservas del Banco Central, que son
misérrimas en proporción a la fabulosa
riqueza que laNación llegó a poseer
al concluir la Segunda Guerra
Mundial.
Algunos dirán, faltaba incluir mejoras
laborales, lugaresde esparcimientopara
los trabajadores, mejoras provisionales.
Eso estámuy bien, nadie lo discute,
pero ¿era necesario anular prácticamente
todo lomucho y bueno que
hizo esa estupendaGeneración del 80
paraqueArgentinaseaconsideradapaís
líder de América Latina. Tómese el
tiempo de mirar las fotos de nuestro
barrio hace cien años y ahora.
Aunque siempre sea necesario corregir
cosas, es evidente que laArgentina
recupere su verdadera imagen y que
sectorespolíticos se convenzandeque
trastocando los valores se ingresa a un
terreno escabroso tan negativo como
indecente para una Nación que de líder
de América Latina pasó a ser un
país cuestionado por sus desórdenes
internos, sus ambivalencias y en estos
momentos,castigadocomonuncapor
el envilecimiento de sumoneda.
Hay que seguir el ejemplo de próceres
como Domingo Faustino Sarmiento,
al cual la nación tanto le debe ymurió
pobre en eleParaguay; JuanB.Alberdi
murióenParisasistidopormibisabuelo
(su médico) que alivió sus pesares
de salud y sus penurias. Bernardino
Rivadavia murió en Cádiz con monedasensusbolsillos.
ElGeneralManuel
Belgrano, hijo de ricos que por sostener
sus ideales soportóloinsoportable
por fidelidad a su patria y murió casi
olvidado y humillado por sus enemigos.
El Monumento que guarda sus
restos es elmejor homenaje a un gran
hombre de bien. No me quiero olvidar
de Figueroa Alcorta, Victorino de
la Plaza, Miguel Juárez Celman, entre
otros.
Esas figuras auténticas son los paradigmas
indicados para que las generaciones
posteriores los lleven como
estandarte en la proyección de sus vidas.
Nodeseobajoningúnconceptola interrupción
del orden constitucional,
porelcontrario,deseoquequienesostentan
el poder reflexionen a tiempo,
corrijan rumbos, cohesionen sus ideas
y proceder en cumplimiento del
mandato conferido en las urnas. Le
pidoaldestinoquemismandanteshagan
lo posible para que el país recupere
su liderazgo. Este segundo centenario
les da la oportunidad.Mimayordeseocomoargentinoenque
ciudadanos,
políticos y fuerzas armadas,
se unan por el bien de la Nación.
Tan bien pido a los lectores que embanderen
su casa si pueden hacerlo y
luzcan símbolos y trajes como fue en
1910 Argentina ante todo y para todos.
¡Viva la Patria!