Buenos Aires, 15/10/2025, edición Nº 5520
Connect with us

Destacadas

Un Faro de 85 años

Publicado

el

En estos días estaba hojeando un libro en el que el autor compartía la siguiente preocupación en uno de sus capítulos: “Es sábado por la tarde, y por todo el país la gente está decidiendo nuevamente si asistir a los cultos de la Iglesia el domingo por la mañana o dónde hacerlo. Algunos se preguntarán: ¿Hace alguna diferencia asistir a la Iglesia en este siglo? Después de todo, la mayoría de nosotros puede encontrar una variedad amplia de programas religiosos en la radio o la televisión. Otros irán a cultos de adoración, pero permanecerán distantes de cualquier compromiso serio con la iglesia a la que asisten. Otros irán de iglesia en iglesia incapaces de decidir si deberían unirse a una.”

Faro IECA

Está muy claro que como sociedad estamos viviendo tiempos realmente complejos. Considero muy importantes los problemas de falta de seguridad, de vivienda, económicos de todos tipo, robos diarios, etc. Pero también considero como determinante el gran incertidumbre familiar y espiritual por el que el mundo atraviesa. La pregunta que nos plantea el autor del artículo citado arriba nos servirá de breve reflexión: ¿Hace alguna diferencia asistir a la iglesia en este siglo? Categóricamente respondo que SÍ, marca ampliamente la diferencia. Porque es allí en la iglesia local, la iglesia de nuestro barrio, donde comenzamos a construir un sentido de pertenencia en lo familiar y lo espiritual. Salvando las distancias, es como el hincha de un club de fútbol, que sigue a su equipo donde quiera que juegue, que está dispuesto a todo por sus colores, alienta, construye, sostiene, invierte.

Quiero contarte lo siguiente, muchas veces la Biblia compara la vida cristiana con una prueba de atletismo. San Pablo mismo usó esta analogía varias veces. Su comparación favorita era la carrera. Al enfrentar su muerte escribió: “he peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2º Timoteo 4:7). La comparación de la vida con una carrera se desarrolla de una manera poderosa en la Biblia. El autor desafió a sus lectores a verse como atletas compitiendo en una carrera. La vida cristiana es una carrera de larga distancia, para la cual los creyentes necesitan prepararse. Si hacemos una encuesta en la calle, preguntándole a las personas si creen en Dios, todos responderán que sí ó una amplia mayoría. Pero hay una diferencia muy grande entre creer y seguir. Jesús invitó a las personas que se cruzaban en su camino a seguirle, y esto significa convertirse en un discípulo. Un discípulo es aquella persona que ha encontrado por lo menos tres cosas: un maestro, un grupo (familia) de pertenencia, y un mensaje a seguir. Mucha gente asiste a una iglesia cristiana, escucha el sermón dominical, da sus ofrendas y canta; pero no tiene una relación de compromiso con ella, no experimenta cambios en su vida, etc. El hecho no es asistir sino ser un discípulo, un hombre, una mujer, un joven que haga cambios en su vida a partir de un encuentro personal con el Maestro, Jesucristo.

Una iglesia cristiana en un barrio, debe tener la misma misión que la de un Faro para los navegantes. Debe marcar el camino a seguir pero a la vez advertir sobre la proximidad de las rocas en la costa. El camino que la iglesia enseña es el de Jesucristo y alejarnos de él es peligroso. Ya estamos próximos a una de las fechas más importantes para la cristiandad, Semana Santa. Muchos aprovecharán para unas mini vacaciones, otros quedarán en casa descansando, algunos otros buscarán alimento espiritual. Vos? Qué vas a hacer?

Nuestra iglesia está en el corazón del barrio de Flores, sobre una de las avenidas más transitadas de la ciudad (Av. Avellaneda 2538/40). Este año estamos cumpliendo 85 años, casi nada. Durante todos estos años hemos estado sirviendo al barrio de diversas maneras (apoyo escolar, alimentos, consejería, escuela de música, etc.). Aún hemos visto cómo nuestro barrio creció y se fue transformando de a poco. Pero lo más importante es que durante todos estos años, hemos procurado ser un faro para este barrio, enseñando el Camino de Jesucristo y advirtiendo sobre el peligro del pecado. Nuestra iglesia enseña que hay un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo. Al examinar la enseñanza de la Biblia, encontramos que nuestro Padre en el Cielo no nos ha dejado vagar en la incertidumbre con respecto al lugar en donde podemos crecer: la Iglesia.

Las personas no nos inclinamos naturalmente hacia una vida consagrada, sino que debemos buscarla persistentemente. Los cristianos debemos esforzarnos por crecer espiritualmente como una persona hambrienta busca comida. Somos apartados por Dios y para Dios. Como personas santificadas estamos en el proceso de ser transformados a su imagen y semejanza.

Es importante ser parte de una iglesia? Por supuesto que SÍ, pero comprometidos. Adelante!!

Ptor. Roberto R. Góngora
Iglesia Evangélica Congregacional Armenia
“Santísima Trinidad”

Av. Avellandeda 2538/40 – Barrio de Flores
www.ieca.com.ar

 

PUBLICIDAD

Más leídas

Copyright © 2016 DiariodeFlores.com.ar es un producto de Editorial Dosnucleos

Propietario y Editor Responsable: Roberto D´Anna
Domicilio Legal: General José Bustillo 3348
CP: 1407
Ciudad de Buenos Aires
Teléfono de contacto: 153 600 6906
Registro DNDA Nº: 5117493

contador de visitas gratis para blog