(Barrio de Flores) Con la certeza de que son espacios claves para el desarrollo de la juventud y la esperanza de que las conversaciones sobre el regreso a las clases presenciales o el fútbol profesional les “abra una ventana” para que el deporte vuelva a copar sus canchas, se respira un clima de fe en muchos clubes de barrio donde hace siete meses no se practican disciplinas por la pandemia del coronavirus.
Hoy estas instituciones están dedicadas en su totalidad a la asistencia de la comunidad. Merenderos, ollas populares, colectas y compras comunitarias. Afirman que cada vez se acercan más personas a buscar cooperación y su rol social se vuelve aún más preponderante. Eso ocurre por ejemplo en 17 de Octubre. Leonardo Militello, a cargo del club de Flores, explica a infobae: “Nuestra tarea se ha intensificado. No estamos trabajando en actividades deportivas pero prestamos otros servicios. La pandemia nos cambió para siempre. El club se volvió un punto de referencia para el barrio, donde el vecino busca ayuda porque hay lugares donde el Estado no llega”.
“Estamos complicados, con profesores sin trabajar o bufeteros fundidos, pero poniendo los clubes a disposición de los vecinos, con donaciones y asistencialismo”, agrega Alberto Robles, integrante de la Unión de Clubes de Barrio y Pueblo.
Los dirigentes, que en muchos casos también son entrenadores del club, remarcan que la coyuntura es muy delicada. La pandemia y la cuarentena los dejó “al borde del precipicio”. Actualmente la mayoría sigue en pie con los esfuerzos mancomunados de sus integrantes y ayudas de emergencia gubernamentales, a las que no todos pueden acceder.
Más allá de un protocolo
A principios de agosto, siguiendo las pautas del Ministerio de Salud de la Nación, el Ministerio de Turismo y Deportes, junto a organizaciones y federaciones que nuclean a las instituciones, elaboró el Protocolo COVID-19 para Clubes de Barrio. El trabajo establece recomendaciones acerca de cómo realizar una posible apertura, sujeta a la fase de aislamiento de cada jurisdicción. “Hasta que no resuelva esto no es conveniente forzar un regreso a las actividades”, afirma Sergio Palmas, Subsecretario de Infraestructura Deportiva y Competencias Nacionales, consultado por Infobae. “Entendemos a los clubes como parte de la solución y no del problema, por eso trabajamos el protocolo en red”, añadió.
Entre otros puntos, contempla usos preventivos de los materiales y las instalaciones, destaca la necesidad de establecer de manera taxativa cupos reducidos por actividad, capacidades máximas de ocupación de los espacios (una persona cada 4 metros cuadrados de espacio efectivamente circulable), señalización, y personal que supervise el cumplimiento de las normas. Tampoco se debe permitir el ingreso ni la permanencia de personas sin tapabocas, a excepción del momento de desarrollo de la actividad física, y es clave la implementación de las medidas de distanciamiento social, higiene, así como también la limpieza y desinfección del equipamiento e infraestructura.
Más allá del protocolo, el escenario de los clubes cambia día a día. Militello, del club de Culpina 1057, lo grafica de la siguiente manera: “Cuando terminamos de elaborar el protocolo parecía que en Mendoza y Jujuy se ponía en marcha y la región del AMBA quedaría para lo último; pero una semana después se complicó situación por los contagios en esas provincias y cambió todo, se volvió para atrás”.
Entre dificultades históricas y una pandemia
A la espera de la ley 27.098 de Régimen de Promoción de Clubes de Barrio y Pueblo y un Registro Único, los atrasos históricos en la personería jurídica de muchos espacios no les permiten acceder a ciertos beneficios que podrían atemperar las consecuencias de la pandemia del coronavirus. Muchos están ordenando los papeles para poder acceder al Apoyo Económico de Emergencia brindado por la cartera que conduce Matías Lammens y que hasta el momento unos 1.500 clubes barriales aplicaron para recibir. A eso se sumó otro, entregado por el gobierno porteño, para los que pertenecieran a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y estén anotados en el Registro Único de Instituciones Deportivas (RUID).
La tarifa social para los servicios esenciales es otra de las solicitudes que se replican. Pese a las dificultades, Militello, también Secretario de FODA, sostiene que “en esta etapa se abrieron algunos instrumentos para gestionar tarifas sociales y hemos conseguido avanzar con el agua y el gas, pero no con la electricidad”.
Sergio Palmas, Subsecretario de Infraestructura Deportiva y Competencias Nacionales, describe el conjunto de acciones al que llamaron Plan RED, de Recuperación de Entidades Deportivas: “Los hemos logrado incluir en los ATP (el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción) para los entrenadores, en la excepción del corte de los servicios por falta de pago, muchos profesores han aplicado a los IFE (Ingreso Familiar de Emergencia); lanzamos capacitaciones, el subsidio de apoyo en emergencia y un programa de obras de infraestructura inédito”.
Promediando junio, el Ministerio de Turismo y Deportes lanzó Clubes en Obra a través de la Resolución 252/2020 con la finalidad de ampliar y mantener la infraestructura de las instituciones con un aporte de 500 millones de pesos, destinados a refacciones edilicias, construcción, reparación de instalaciones de gas, agua, desagües, entre otros proyectos. En el 17 de Octubre, por ejemplo, ya recibieron los fondos para construir un nuevo salón. “Ya que el club está vacío con esta ayuda aprovechamos para hacer estas intervenciones. Esto es positivo también impulsa la economía, genera trabajo, se suma algún padre que puede aportar en ese rubro”, asegura su presidente.