La casa olvidada donde nació el Papa Francisco

Escribe Natalia Rivarola

“En esta casa vivió el Papa Francisco”, reza la placa de mármol blanco que la Legislatura porteña decidió colocar el año pasado en la casa de dos pisos de Membrillar al 531. Allí, Jorge Mario Bergoglio –Francisco para el mundo-  pasó su infancia junto a sus cuatro hermanos y sus padres. Miles de personas la han visitado, turistas de todo el mundo quieren conocer el lugar donde se crió el Papa argentino y es una parada obligatoria del tour papal que organiza el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, nadie parece acordarse de la calle Varela al 238. A tan sólo 6 cuadras de aquella dirección tan visitada se encuentra otro lugar muy significativo de la vida de la máxima figura del catolicismo. Nada más y nada menos que el que lo vio nacer.

“Me parece que les falló el GPS”, le dijo en tono de broma el Sumo Pontífice a Gabriel Marronetti, párroco y rector de la Basílica San José de Flores, en una visita que este último le hizo en Roma en septiembre. Y luego le contó sobre su verdadero hogar de nacimiento.

La casa ya no está. En su lugar hay un edificio de color ladrillo de seis pisos, decorado con piedra Mar del Plata. El portón color ocre del garaje se encuentra justo en el lugar donde debería alzarse. El hecho de que no estuviera físicamente no impidió que se conmemorara la de Membrillar –la que está allí fue levantada en los años 70-. Sin embargo, de ésta nadie parece acordarse. Los mismos vecinos desconocen que existió, principalmente por falta de difusión.

La página oficial del Gobierno porteño publicó decenas de notas sobre Flores como “el barrio del Papa”. Sin embargo, el detalle de su hogar natal fue pasado totalmente por alto. Sin dudas un lugar que también merece su reconocimiento y que el Ente de Turismo de la Ciudad debería agregar a las visitas guiadas del tour papal.