(Barrio de Flores) El nuevo año trajo un obligado cambio de costumbres. Desde ayer, los hipermercados, supermercados y autoservicios chinos tienen prohibido entregar bolsas plásticas. La medida, que busca evitar la contaminación, forzará a los vecinos a volver a los changuitos, a las bolsas de tela o a buscar alguna de las bolsas ecológicas que está repartiendo el Gobierno porteño en forma gratuita.
Hay opciones para todos los precios. Una posibilidad es comprar las bolsas reutilizables que ofrecen los propios supermercados. Son de tela o rafia (tipo esterilla) y pueden costar desde $ 8 hasta $ 150, según el modelo, tamaño y la calidad de la elaboración. El Ministerio de Ambiente y Espacio Público está repartiendo gratis este tipo de bolsas, en diversos puntos de la ciudad. Ya entregaron 500.000 y quieren llegar al millón.
También está la chance de las bolsas más modernas. Pueden ser por ejemplo las de diseño, que suelen estar confeccionadas con materiales reciclados y tienen dibujos o diferentes intervenciones artísticas. Cuestan de $100 en adelante.
Otra opción son las bolsas plegables, que se pueden doblar hasta quedar del tamaño de un sobre o una pelota de tenis. Son muy prácticas para llevarlas en una cartera o bolsa y sacarla al llegar al súper. Algunas también vienen con formas de animales, frutas o flores. Se las puede conseguir desde $ 50 en adelante.
En los últimos tiempos también se pusieron de moda las bolsas plegables que se colocan dentro del carro del supermercado y luego se levantan ya con todos los productos adentro. Tienen un fondo rígido, pero se las puede doblar y hasta meterlas dentro de una funda. En Internet están desde $ 200.
Los cestos de mimbre o los canastos son otra opción, aunque menos práctica. Los más económicos cuestan $ 100 en adelante, y los que se pueden poner en la bicicleta arrancan en $ 800.
Por último, la decisión de eliminar las bolsas plásticas le devolverá protagonismo a un viejo conocido: el changuito. Los más clásicos cuestan $ 400 en adelante, mientras que los modernos (algunos similares a las bolsas para palos de golf) pueden costar hasta $ 2.000.
De todas formas, seguirá habiendo bolsas en circulación. Es que las verdulerías, carnicerías, pescaderías, los autoservicios de las estaciones de servicio y otros comercios no están alcanzados por la medida.
La medida del Gobierno porteño obligará también a buscar otra opción a la hora de disponer de la basura domiciliaria, ya que las bolsas verdes y negras se usaban para tirar los residuos.
Más allá de su utilidad, las bolsas plásticas se habían convertido en un problema ambiental. Según el Gobierno, en la Ciudad se repartían cada año 500 millones de bolsas tipo “camiseta”, con dos manijas. El problema es que gran parte de esas bolsas terminaba en las calles, y así no sólo contaminaban sino que también bloqueaban los sumideros y alcantarillas, aumentando el riesgo de inundaciones.
En definitiva, la Ciudad se sumó a una decisión que ya se aplica en otras jurisdicciones, como Neuquén, Chubut, Río Negro y ciudades como Rosario, Villa Gesell o Bariloche. “Sabemos que este tipo de bolsas contamina el agua, tapa sumideros y afecta a la flora y fauna. Estamos acompañado a los vecinos en este gran cambio cultural, para que todos podamos disfrutar de una ciudad más limpia y verde“, aseguró Eduardo Macchiavelli, el ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad.
Claro que la decisión no estuvo exenta de polémica. La Cámara Plástica Argentina y empresas del sector presentaron un recurso de amparo para frenar la resolución, pero la Justicia no le dio lugar. Los fabricantes de bolsas se quejan de que la medida fue sorpresiva y afirman que la tendencia internacional es ir hacia un consumo racional de las bolsas plásticas pero sin llegar a la prohibición. Además, aseguran que las bolsas tipo camiseta son reutilizables y biodegradables.
En Buenos Aires hay cerca de 2.600 hipermercados, supermercados y autoservicios. En 2012 se había decidido introducir las bolsas verdes y negras, y autorizar que los comercios las cobraran. NR
Fuente: Clarín