(Barrio de Flores) La villa 1-11-14 cambió de nombre por una ley de la Legislatura, que se basó en la elección de los vecinos del barrio. Y en la rotonda que marca el cruce de las avenidas Perito Moreno y Varela está desde el sábado la imagen del padre Ricciardelli. La obra, hecha en hierro, es una creación del escultor Alejandro Marmo, el mismo que hizo la figura de Evita en el edificio conocido como Ministerio de Obras Públicas (MOP) y también la del Padre Carlos Mugica, sobre la misma avenida 9 de Julio, pero hacia el norte, antes de la autopista Illia.
Marmo, que trabaja con hierro en base a residuos industriales y ferroviarios, se convirtió en el primer artista argentino en exponer en los Museos del Vaticano, con su Cristo Obrero y con su Virgen de Luján hechas con su tradicional técnica. Además, tiene una relación cercana con el Papa Francisco. Y sus esculturas trascienden espacios públicos de la Ciudad.
Su trabajo más reciente en la traza de la avenida 9 de Julio es “Diálogo Interreligioso”. Se ubica a la altura de la avenida San Juan y se emplazó en 2018. También creó las figuras del cantor Roberto Goyeneche, además de la escultura de la sirena del Río de la Plata.
“Este es un trabajo que tiene dos años. Trabajamos la temática del abrazo en la villa 31, y luego la simbología en el barrio Rodrigo Bueno”, le dice Marmo a Clarín, y agrega: “Esta tercera obra corona un poco el final de una etapa, que es la urbanización de la 1-11-14. En este caso puntual hay una elección de los vecinos. Y la obra es el proceso que identifica lo que la comunidad siente”.
Para el artista, el objetivo es “dejar huella de ese pasaje de lo marginal a la integración de estos barrios. Transitar eso es el proceso de la obra. Los vecinos son protagonistas”, afirmó. Y subrayó: “Trabajé en conjunto con los referentes y también con el padre Juan, de la parroquia Santa María Madre del Pueblo. Ellos eligen y yo le doy la estética a esa elección. Es una construcción de esperanza, porque dignifica el ingreso a lo que es el barrio, y también la autoestima social y colectiva, porque la eligieron entre todos.
La ley para renombrar al barrio se votó por unanimidad en la Legislatura porteña el 7 de noviembre. Es un homenaje al sacerdote que vivió y desempeñó su tarea pastoral durante más de 30 años en esa zona del Bajo Flores, hasta que murió, en 2008, a los 71 años.
Ricciardelli desempeñó su tarea pastoral en los barrios más humildes de la Ciudad desde fines de la década del 60. Y su legado fue tan fuerte en el Bajo Flores que los vecinos habían querido impulsar su nombre como denominación tan sólo cinco años después de su fallecimiento, algo que la ley prohíbe.
Fue integrante de la corriente de Sacerdotes para el Tercer Mundo, junto a otros curas. Además, impulsó en 1968 lo que es recordado como el “primer piquete clerical” en Plaza de Mayo, para reclamar “que se frenara la erradicación de villas”.
Domingo Bresci, cura y compañero de militancia de Ricciardelli, señaló, cuando la ley se discutió en audiencia pública: “Rodolfo tiene el récord de vivir durante más de 40 años en villas porteñas. Él seguro se opondría a esto y yo le diría que no es por él. Pero sí es por él y porque los villeros merecen ser reconocidos por su identidad, en las luchas que tuvieron como barrio”.
La misa en la que se despidieron los restos de Ricciardelli, en julio de 2008, fue encabezada por el entonces arzobispo Jorge Bergoglio y terminó con una multitudinaria procesión a pie, desde la capilla María Madre del Pueblo hasta el cementerio de Flores. NR