Conocé a Leila, la nena que estudia en Flores que logró tocar con Paul McCartney

(Barrio de Flores) El diálogo parecía desigual. En el escenario del Estadio Único de La Plata, Paul McCartney, 73 años y más de 50 arriba del escenario, junto a Leila, alumna del colegio Eccleston de Flores de 10 años, apenas un metro y medio de altura y un peluche en sus manos. “¿Vos querés tocar el bajo conmigo, pero dónde está tu bajo?”, apuró el ex Beatle. Lejos de intimidarse, la niña estuvo a la altura y se ganó la oportunidad. Sin pensarlo, señaló al bajista de la banda y dijo “puedo tocar con ese”. Paul abrió los brazos y se dio por vencido: “Bueno, esto no me lo esperaba”, dijo. Contó hasta cuatro y arrancaron con “Get Back”, uno de los clásicos de la banda. Fue uno de los momentos más emotivos del primer show de McCartney en Buenos Aires, frente a 50 mil personas.

Leila había llevado un cartel gigante con el sueño de ser elegida. “Me gustaría tocar el bajo con vos o que me firmaras mi mono” (escrito en inglés). El equipo de Paul lo vio y les gustó. “Fue muy espontáneo todo”, dijeron desde la producción del show. Y ahí fue cuando se dio el diálogo entre Paul y la niña.

“Estaba nerviosa, pero cuando empecé a tocar me sentí bien, porque sabía la canción. Me hubiera gustado tocar Something, pero igual fue increíble”, dice Leila, alumna de 5° grado del colegio Eccleston de la Avenida Carabobo.

Hay adornos y detalles Beatle en todo el departamento, en el barrio de Almagro. Además de un piano en el living y algunos juguetes de Hello Kity, hay una sucesión de fotos de los cuatro Beatles y una quinta imagen del mismo tamaño, con el retrato de Leila. La quinta Beatle. Hasta los perros pegaron nombre Beatle: se llaman Linda (el gran amor de McCartney) y Martha (como la mascota de McCartney).

El fanatismo por los Beatles lo heredó de sus padres. Escuchó por primera vez Hey Jude y Nowhere y quiso tocar el bajo. Cuando empezó a estudiar música tenía 5 años. Toca también la guitarra y el piano, pero su instrumento favorito es el bajo, “como Paul”, dice.

Sus temas favoritos, además de Something, son We can Work it out y Eight days a Week, aunque no tiene un disco elegido. Escucha todos, de todas la maneras, por Spotify, pone discos y también vinilos, en el equipo de su papá. Ya había visto otras 14 veces a McCartney, aunque nunca aquí en Argentina. “Cuando vino a River en 2010, Leila tenía perforado el tímpano. Me pidió por favor de mil maneras, pero no la podía llevar -cuenta Mariana, la mamá. Pero le prometí que la iba a llevar a un recital cuanto tocara cerca de Argentina”. Así fue como la niña viajó a Brasil, a Uruguay, pero también a Los Angeles, Londres y Liverpool. Como sueños que se fueron cumpliendo. Y al final, en el show del martes, hubo recompensa. NR