Así lo asegura Margarita Cagide, una de las responsables del Colegio Nuestra Señora de la Misericordia de Flores, en la semana en la que el Papa envió un mensaje por la celebración del Bicentenario de la Coronación de Nuestra Señora de la Misericordia.
(Barrio de Flores) “El Papa Francisco ha mamado desde pequeño el misterio de la Misericordia. Ha hecho el Jardín de Infantes con las Hermanas de la Misericordia de Flores, en aquellos años con la querida Hna. Alcira Vögel. También se preparó para la Primera Comunión y la Confirmación con la Hna. Dolores Tortolo, responsable del Catecismo para los nenes del Barrio, en la Misericordia de Flores. Y precisamente en esa Capilla recibió estos dos Sacramentos y cultivó una hermosa amistad con las Hermanas por muchísimos años, como con las queridas Hermanas Javiera Segade, Carlota Carbone, Mercedes Pecorelli, Rosita Blanco, Valeria Mac Carthy”, cuenta Margarita Cagide, una de las responsables del Colegio Nuestra Señora de la Misericordia de Flores.
Es que el Papa, con ocasión de la celebración del Bicentenario de la Coronación de Nuestra Señora de la Misericordia, que se cumplió el 10 de mayo y que tuvo lugar en 1815 por el Papa Pío VII, envió un mensaje al Obispo de la diócesis italiana de Savona-Noli, Mons. Vittorio Lupi, en el cual señaló que desea unirse “a la devoción del pueblo de Dios de la diócesis de Savona-Noli para rendir homenaje a Nuestra Señora de la Misericordia, invocando de modo especial su materna protección sobre el Jubileo Extraordinario de la Misericordia que he anunciado hace poco”.
“Poniéndome espiritualmente en los pasos de mi predecesor Benedicto XVI, me dirijo al Santuario erigido hace poco menos de cinco años, en el lugar en el que la Virgen se le apareció al agricultor Antonio Botta, pidiendo penitencia y conversión y, al final, despidiéndose con las palabras: ‘Misericordia no justicia’; exhortación más que nunca actual para nuestro tiempo, que es de modo particular tiempo de misericordia”, afirmó, y luego recordó cómo la respuesta unánime del pueblo a la petición de la Virgen llevó “una verdadera ‘cascada’ de gracias del cielo” y “dio origen a numerosas obras caritativas y sociales” que testimoniaron “que la misericordia espiritual y la corporal son inseparables”.
Mientras el Papa culminó su mensaje deseando que “mientras nos acercamos al Año Santo Extraordinario, en toda la Iglesia se profundice y se difunda la confianza a la Madre de la Misericordia, que en aquella tierra ha dado un signo perenne de su de ternura y su cercanía al pueblo Dios peregrino en el mundo”, desde Flores, la responsable del colegio que tanto influyó en su vida lo recuerda: “Los caminos de Dios lo han llevado a Roma y como Santo Padre pregona a los cuatro puntos cardinales la Misericordia de Dios. Y aún más, convoca al Jubileo de la Misericordia, un año extraordinario para la Iglesia que abrirá el próximo 8 de diciembre. En su Providencia, Dios lo ha preparado en la Misericordia para llevar al mundo este Mensaje siempre nuevo, siempre pleno, siempre gozoso de la Misericordia del Padre”.