El asesinado en la Plaza estaba prófugo por homicidio

Creen que Jhonatan Ramos fue ejecutado por una interna en una banda de delincuentes

Jhonatan Daniel Ramos, el joven acribillado cuando estaba sentado en un banco de la plaza de la Misericordia, en Flores, estuvo más de diez años prófugo. Sobre él pesaba un pedido de captura en una causa por homicidio.

Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales. Ramos, de 31 años, fue asesinado anteayer a las 15. Lo ejecutaron de cinco balazos: tres tiros en el tórax y dos en la espalda.

“La justicia de Lomas de Zamora había firmado un pedido de detención contra Ramos. Lo acusaba por su presunta participación en un homicidio. También tenía otra causa abierta por averiguación de paradero y registraba antecedentes por robo”, afirmó la fuente consultada.

Según los voceros judiciales, Ramos logró esquivar a la Justicia durante más de diez años, aunque mantuvo su domicilio en Lomas de Zamora, desde donde se mudó al barrio de Palermo.

El homicidio es investigado por el fiscal José María Campagnoli, que subroga la Fiscalía de Instrucción porteña N° 10, y por la División Homicidios de la Policía Federal.

En un primer momento se especuló con que la ejecución de Ramos fue consecuencia de una venganza originada en el mundo del narcotráfico. La hipótesis surgió porque, según testigos del crimen, después de los disparos, el asesino se subió a un Volkswagen Gol gris ocupado por dos cómplices y escapó en dirección a la villa 1-11-14, en el bajo Flores, zona caliente del negocio ilegal de drogas.

“Hasta el momento no hay nada concreto que confirme la hipótesis de la venganza narco, pero tampoco se puede descartar. Sí está claro que fue un ajuste de cuentas porque a la víctima no le robaron nada. Fueron directamente a ejecutarla”, informó a LA NACION una fuente con acceso al expediente.

Cuando los detectives de la Policía Federal revisaron las pertenencias de la víctima hallaron 230 pesos, la cédula de identidad, una licencia de conducir, un reloj y las llaves de un automóvil y las de su domicilio, situado en el barrio de Palermo.

Un jefe policial se inclinó por la hipótesis de una venganza relacionada con una interna de banda de ladrones, no del narcotráfico. “La víctima no venía del palo [sic] narco”, afirmó el experimentado detective.

El crimen ocurrió a las 15, cuando el asesino se acercó al banco que ocupaba Ramos, del lado de Camacuá, frente a un arenero donde había alrededor de 20 personas, entre niños, padres y abuelos. Los testigos que pudieron ver el homicidio dijeron que el asesino estaba bien vestido. “Usaba un traje gris”, dijo uno de los que presenciaron el ataque.

Además del dinero, las llaves y la documentación, en poder de Ramos los investigadores secuestraron dos teléfonos celulares, que serán analizados para hacer un historial de las llamadas y de los mensajes de texto entrantes y salientes en las últimas horas, según informó la agencia de noticias Télam.

CITADO EN LA PLAZA

Los investigadores sospechan que Ramos fue citado en la plaza de la Misericordia por la persona que lo ejecutó.

Ramos también tenía antecedentes por robos ocurridos en la ciudad de Buenos Aires y en el conurbano. Según pudo saber La Nacion, la fiscal de instrucción Mónica Cuñarro, que investiga el robo de armas depositadas en custodia en la comisaría 38a., con jurisdicción en la zona del homicidio, se comunicó con los investigadores del caso para que, una vez extraídos los proyectiles del cuerpo de la víctima, sean incorporados al peritaje que se ordenó para determinar si las pistolas y revólveres sustraídos de la seccional policial ya fueron utilizados en hechos delictivos..