La nueva Policía de la Ciudad estará conducida por personal civil

(Barrio de Flores) El paisaje porteño cambiará para siempre. Ya no se verán los tradicionales agentes federales vestidos de azul oscuro, ni los metropolitanos de gorro cuadriculados al estilo de sus colegas londinenses. Dentro de poco tiempo, la Ciudad de Buenos Aires estará “protegida” por unos 25 mil hombres y mujeres nacidos de la fusión de la Federal y la Metropolitana, que irán vestidos de turquesa, trabajarán bajo la nueva marquesina de la “Policía de la Ciudad” y, por primera vez, estarán conducidos por personal civil.

El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, anunció ayer a Clarín, junto a parte de su gabinete, que esta semana enviarán a la Legislatura el proyecto de la nueva ley de Seguridad, que contempla como punto sobresaliente la creación de la nueva Policía, hija de la unión de Federal + Metropolitana, cuyos altos cargos serán ocupados por civiles, entre los que no se descarta algún ex policía.

Aunque ni Larreta ni su equipo quisieron confirmar candidaturas al puesto, uno de los que está en la lista de posibles ocupantes de la Jefatura es el actual titular de la Metropolitana, Horacio Alberto Giménez, quien en efecto es policía retirado. “No podemos confirmar ni dar indicios de ningún nombre hasta que no salga la ley”, le dijo el jefe de Gobierno.

Detrás de su hermetismo también subyace la intención de evitar nuevos conflictos: la incorporación de los 19.000 agentes de la Federal ya tiene de por sí su lado traumático, con personal que no quiere perder la “chapa” original, ni su caja de jubilaciones, ni la obra social de la policía nacional. Menos aceptan los “transferidos” el nuevo uniforme turquesa, que los diseñadores porteños prefieren llamar “cian”. Esas razones, de hecho, llevaron a un grupo de ex federales a protestar hoy frente al Congreso con una consigna clara: “No al traspaso”.

Públicamente, Larreta y su equipo no se muestran preocupados. Ayer explicaron que el disgusto es de “unos pocos” y que ellos están siendo atendidos personalmente por el secretario de Seguridad, Marcelo D’Alessandro. “En 19 mil casos puede haber alguno enojado o decepcionado, por eso este proceso implica revisiones, pero hay gente que no logró el pase en 20 años“, dijo el funcionario.

La concepción del nuevo sistema policial porteño está basado en cuatro pilares. “Gobierno civil, transparencia, participación ciudadana y capacitación con profesionalismo”, enumeró el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Martín Ocampo, sentado a la izquierda de Larreta.

El aporte civil es una de las marcas distintivas del nuevo proyecto porque además incluye todo lo relacionado a la administración de los recursos, que saldrá de la órbita policial bajo la suposición de que así el control de las partidas será mayor y más confiable. “La Policía ya no comprará, no administrará los Recursos Humanos, ni estará a cargo de la capacitación de los agentes”, detalló Larreta, mientras almorzaba un plato repleto de rodajas de banana, manzana, naranja y kiwi en el Salón Blanco del viejo edificio municipal en Bolívar 1.

Según resaltó el Jefe de Gobierno, uno de los objetivos inmediatos de la nueva Policía de la Ciudad es romper con algunos vicios de la Federal y revertir la imagen que la ciudadanía tiene de las policías como consecuencia de sus actos. “Nos encontramos con autos rotos, chalecos vencidos, policías que compraban sus propios uniformes, que pintaban las paredes de las comisarías, que hacían el durlock, arreglaban los autos, no tenían computadoras ni conectividad”, enumeró Larreta.

Para Ocampo, “la Policía del futuro se juega en el sistema de formación“, razón por la cual la Ciudad no aceptó los sistemas de formación de la Federal y, con la nueva ley, planea darle rango universitario a la capacitación de los policías porteños, que también estará dirigida por un civil. De ser aprobada la legislación, el Ministro también anuncia un trabajo en conjunto entre el monitoreo de las calles con las cámaras públicas y las instaladas por privados, para dar “respuestas inmediatas”.

“El de la Policía de la Ciudad es un abordaje revolucionario”, promete Larreta. “Tendremos alto nivel de equipamiento, cero tolerancia con la corrupción y respeto por el vecino”, se entusiasma. El tiempo dirá cuánto de la cultura policial tradicional habrá podido cambiar. NR