Polémica: cirugías estéticas para mascotas, la nueva moda

En su afán por embellecer o retrasar el envejecimiento de los perros y gatos de la casa, los dueños los someten a implante de siliconas, liftings en los párpados y hasta rinoplastias.

(Barrio de Flores) Cuando pensamos que la obsesión por las cirugías estéticas no podía ir más lejos, la realidad nuevamente nos sorprenda. La polémica ya está instalada en Estados Unidos, donde una nueva tendencia hace furor: pasan también por el quirófano ¡perros y gatos!

Las fronteras se corrieron y no los hombres y mujeres que antes buscaban la perfección para ellos, lo hacen ahora para sus mascotas, a las que, en su afán por embellecerlas o bien frenar el envejecimiento, las someten implantes de siliconas, lifting en los párpados o rinoplastias.

Esta nueva moda, según los últimos datos de Petplan, un plan de seguros sanitarios para mascotas; llevó en 2011 a gastar 62 millones de dólares para intervenciones estéticas o “correctivas” en animales. Y las cifras siguen creciendo.

Algunas de las operaciones son consideradas por los veterinarios “necesarias desde un punto de vista médico”, como, por ejemplo,una serie de intervenciones en las narices aplastadas de los bulldogs que, con el tiempo, impiden a los perros respirar bien.

Pero hay muy poco de clínicamente justificable en los llamados “neuticles”, que no son sino testículos de siliconas para perros, que pueden ser implantados en el mismo momento en que los animales son castrados.

De acuerdo con los números proporcionadas por los productores de tales implantes, más de 500.000 animales domésticos recibieron testículos artificiales en dos décadas. Esta operación se considera como “puramente cosmética” y sorprende que la demanda esté en aumento.

Para Jules Benson, director de veterinaria en Petplan, otras intervenciones, también sólo por estética, tienen beneficios para la salud canina: sobre todo el lifting de los párpados caídos o muy arrugados. En esos casos, a muchos perros les impiden ver bien y sobre todo se convierten en receptáculo de bacterias peligrosas y causantes de infecciones. Estas operaciones bloquean la caída de los párpados hacia el interior del ojo, lo que irritaría la córnea, justifica.

Cualquiera sea el motivo, los dueños de perros de cualquier tipo (también aquellos que no son de raza) se enfrentan a menudo con cuentas de entre cuatro mil y cinco mil dólares por estas operaciones, algunas necesarias, otras, simplemente por capricho, de los amos, claro está.

Fuente: La Razón