(Barrio de Flores) No sólo los piquetes, los paros de subte y los accidentes generan caos de tránsito en Flores, sino también la culpa la tienen los billetes de $ 100.
El problema es que los camiones de caudales deben estacionar en doble fila durante veinte minutos por la cantidad de billetes que deben trasladar hasta supermercados, cadenas de electrodomésticos, farmacias y empresas de cobranzas en zonas comerciales.
Incluso, antes bastaba con llevar un sólo camión, y ahora se necesitan dos, por la cantidad de “físico” (billetes) que se debe trasladar. Antes con una “saca” (bolsa) bastaba, y ahora, por la inflación, se necesitan dos o hasta tres.
Cada “saca” contiene hasta 20 “balas”, aunque el promedio es de 10. Cada “bala” son 1.000 billetes que, en caso de ser todos de $ 100, equivalen a $ 100.000 o u$s 100.000.
Por lo tanto, cada saca puede llevar hasta $ 1 millón o u$s 1 millón. Por protocolo de seguridad, el portavalores debe tener una mano libre, por lo que sólo puede transportar una “saca” por vez.
Por ende, debe realizar varios viajes entre donde está estacionado el camión y el banco. “La mayor permanencia en la calle aumenta el factor riesgo, porque hay veces que tienen que hacer seis viajes para poder llevar seis sacas, y en muchos casos las dársenas de estacionamiento nos quedan lejos de las entradas de los bancos. Un billete de $ 200 nos aliviaría mucho la carga de trabajo y lo haría más seguro, ya que el tiempo de permanencia en un lugar sería más corto”, confiesa un ejecutivo de una de las empresas del sector.
Los bancos tienen zonas exclusivas de detención para los caudales, o algunos hasta estacionamiento subterráneo. Ahí los dos momentos críticos son a la mañana, cuando llevan el dinero, y a la tarde, cuando lo retiran. En algunas sucursales deben parar en la calle y, al aumentar el volumen físico de billetes, requieren más tiempo para el traslado, y esa mayor exposición es el que genera, a su vez, un mayor riesgo latente.
Pero el problema se genera en las zonas comerciales, como la del barrio, al trasladar dinero a cadenas de retails, donde deben parar en doble fila y obstaculizan el paso vehicular por esa senda. Antes, demoraban 15 minutos y ahora el tiempo ascendió a 20 minutos; o sea, demoran un 33% más.
“Además, los manteros complican la seguridad y aumentan el riesgo, porque no tenés lugar para pasar por la vereda, lo que complica toda la logística, al tener que buscar horarios especiales donde ellos no están. Por prevención, en Flores vamos entre las ocho y las diez de la mañana, antes que que aparezcan los manteros. Pero después no podemos volver a ir, ya que dificulta toda la operación. No se dan las garantías para trabajar”, advierten en el sector.
“El problema es que, cuanto más achicás los tiempos, más estresás la operación, al concentrar todo en una banda horaria muy corta. Entonces, tenés muchos avisos (pedidos) concentrados, cuando para nosotros lo ideal sería tener todos los servicios distribuidos a lo largo del día”, agregan las fuentes consultadas, en estricto off the record.
Al disminuir la cantidad física de billetes, disminuye el tiempo de parada en cada lugar. Pero recién a mediados de año se solucionará el tema, cuando salgan los nuevos billetes de $ 200 y $ 500, aunque demorarán luego en ponerse en circulación entre el público, mientras que para el de $ 1.000 habrá que esperar hasta el año que viene. En 2017 también saldrán nuevas monedas de $ 5 y $ 10. NR
Fuente: Cronista