(Barrio de Flores) Con el boom de las ventas que generó la demanda apalancada en los créditos la oferta se empezó a diversificar. En busca de mejores precios y terrenos más accesibles, los desarrolladores se están animando a desembarcar en algunos rincones de la ciudad de Buenos Aires que asoman como nuevos polos de crecimiento para invertir. La Nación realizó un relevamiento entre los brokers del sector e identificó cuáles son los cinco barrios porteños que prometen revalorizarse y qué áreas en cada uno de ellos tienen mayor potencial. “La revalorización de las propiedades se da por la escasez de tierra apta para construir y los costos de la misma. Un mayor costo de construcción y un alto valor de la tierra hace que los productos a estrenar suban sus precios, un fenómeno que también arrastra a los valores de los departamentos usados. Las propiedades se revalorizaron 15 por ciento promedio en los últimos tres años”, detalla Hernán Nucífora, director de la desarrolladora Global Investments.
El empresario estima que algunos barrios tuvieron un aumento por encima del promedio registrado en 2017, por ejemplo, las propiedades en Villa Crespo registraron una suba de 39 por ciento, en Villa Urquiza, 33 por ciento, en San Telmo y Barracas, 32, en Flores y Floresta, 25; y el alza en Núñez giró en torno al 17 por ciento. “Los polos son la nueva apuesta del real estate para revitalizar ciertas zonas de la ciudad. De a poco, se configuran así espacios de usos mixtos y toma fuerza la idea, hasta ahora poco explorada, de vivir y trabajar en el mismo lugar”, relata Nucífora.
“La creatividad y la ruptura del statu quo serán el diferencial que marcará la clave ante un escenario de escasez de suelo en la capital. Sin duda, los barrios necesitan nutrirse de una oferta corporativa, residencial y comercial, para evitar casos como el del microcentro porteño que luego del horario laboral, no queda un alma dando vueltas”, agrega el desarrollador Gonzalo Monarca, presidente del grupo homónimo. En coincidencia, Rodrigo Fernández Prieto afirma que “los desarrolladores estamos en busca de más y mejores tierras, y ante un contexto socio-político que lo amerita”. Graciana Calcavecchia, gerente comercial de la constructora Criba subraya que las zonas más demandadas serán aquellas que cumplan los requisitos que busca la clase media: acceso al transporte y buenas conexiones, seguridad y cercanía al trabajo.
Ahora bien, en este escenario, los barrios que anticipan oportunidades de compra por la posibilidad que tienen las propiedades de revalorizarse son Villa Urquiza, Villa Crespo, Barracas, Núñez y Flores.
Según el relevamiento de La Nación, Flores se destaca por sus bajos costos tanto de los terrenos como de las unidades. De hecho un piso a estrenar promedia los US$2650/m2, mientras que el usado desciende a US$2095/m2. A su vez, la incidencia de los terrenos ronda los US$590/m2. En los corredores de las avenidas Rivadavia y Juan Bautista Alberdi es donde se concentran las nuevas construcciones. “Es un barrio típico de clase media, con valores competitivos y homogéneos, muy bien localizado y con llegada a los medios de transporte”, afirma Rozados. Otra zona que promete es la del corredor Avellaneda. “El desarrollo comercial de esa avenida impulsó a los proyectos residenciales. En 20 manzanas 6000 casas se convirtieron en locales, y sus dueños quieren vivir en la zona“, relata Gastón Akkauy, socio de la desarrolladora HOM Group que avanza con cinco proyectos en el área delimitada por la avenida Nazca, Gaona, Rivadavia y Donato Álvarez. “Estamos vendiendo las unidades terminadas en US$2800-3000/m2″, afirma y agrega que en diez años los precios en la zona alcanzarán los US$ 3500/m2.
La cantidad de tierra disponible también permite la compra de varios frentes y la construcción de emprendimientos de mayor envergadura con demanda latente. “Es una zona con gran influencia de las comunidades judía, boliviana y coreana. Quien quiere vivir en este barrio no tiene oferta de diseño y calidad“, finaliza destacando dónde está la oportunidad. NR