Han llenado las paredes con carteles en el que aparece el rostro impertérrito de un político (y más allá de este mecanismo invasivo de mugre publicitaria) se viene la “solución final”, la panacea de quienes ven un lucrativo negocio en ciernes que crece oscuramente. ¿Creen que saldrá la ley? un amigo me respondió: “es simple, con el aborto se gana dinero”.
Escribe Justo Jansen
Me pregunto ¿Cuáles son las razones que están impulsando las modificaciones de nuestra legislación? “la vida privada”, ”respeto a las minorías”, “libertad de elegir”, “los derechos humanos” (¿de cuáles?), “expresiones de la democracia” y otros slogans sacados de contexto ante la premisa mayor que es el “respeto a la vida”. Todo parece indicar que lo único que se favorece es el crecimiento de la delincuencia que favorece la economía (al menos de algunos).
¡Pero cuidado con los fanáticos religiosos! Se habla contra las posturas controladoras ridiculizándolas por ser “católica” o “evangélica” discriminando sus argumentos y desechándolos por razones de conciencia. Se consideran leyes punitivas (todas deben serlo). Y si de castigos se trata ¿Cuántos presos hay por la muerte de mujeres a las que se practicaron abortos? Pero, ojalá no se castigue a nadie. Lo que deseamos es que no se cometan atropellos a la vida y si se ejecutaran, no queden impunes. Aun peor, que recursos destinados a la salud y los profesionales se vean forzados para matar inocentes mientras que conseguir un turno es casi un milagro.
El argumento más esgrimido es evitar la muerte de madres… ¿cómo? Si, entendió bien: La propia madre que es cómplice de asesinato de su indefenso hijo no debe correr riesgos. ¿Pero si es gestado por violación? Claro y el castigado con la pena máxima es… ¡el bebé! Esto nos vuelve locos, por cierto, es como afirmar que la culpa no la tiene el ladrón, sino la gente ostentosa que sale a cualquier hora… ¡pobre delincuente!
Señor abortista ¿sabe lo que es desear un hijo y no poder tenerlo? ¿Conoce a una madre que perdió un hijo? ¿cree que el aborto “soluciona” el “problema”? El valor de una nueva vida no es comparable a la mejor obra de arte por ser única e irreemplazable. ¿Sabe con qué amor muchas familias adoptarían un bebé si les fuera posible? ¡¿Cómo es que las leyes de adopción o los recursos para agilizarla no se promueven?! ¿Ha vivido en un hogar de niños? Yo sí. Tres años y no se lo recomiendo. ¿Ha sido criado por una familia adoptiva? Yo sí, doy gracias a Dios por eso.
Parece bueno al decir “Legal, seguro y gratuito”. ¿Legal? Muchas muertes fueron legales: la de Jesús por Pilatos; las de los cristianos mártires por Nerón; las de los judíos por los nazis y las de un millón y medio de armenios por mencionar algunas. ¿Seguro? ¿Puede garantizar que no habrá riesgo? Para el bebé sí. Acaso ¿no deberíamos proteger también a los asesinos para que no corran riesgos cuando intenten matarnos? ¿Gratuito? ¿Lo van a hacer “ad honorem” con dinero de donaciones voluntarias? La puja por aprobar este tipo de leyes parece el juego del ahorcado, donde finalmente por una letra se mueve el piso tarde o temprano.
Señores legisladores, procuren que cada nueva ley favorezca la vida y su desarrollo aunque esto no parezca un buen negocio, es la mejor inversión, pues les dará paz de conciencia. Y no se olviden: un día darán cuenta a Dios.
Y para concluir positivamente. También reconozcamos señales de progreso. Es bueno lo que se ha logrado para tener aire puro y luchar contra el tabaquismo. Nos alegra la intensión ecológica instando al reciclado de la basura. Es alentador el trato preferencial a los discapacitados. Valen los esfuerzos para ayudar a las familias carenciadas. La concientización por la seguridad vial. Aun así, la sociedad argentina merece recuperar la confianza y admiración hacia los políticos que la representan.