(CABA) Una mujer y su hijo de 11 años fueron heridos a balazos esta mañana cuando caminaban hacia el colegio en el barrio porteño de Flores, y los investigadores intentan determinar quién les disparó ya que nadie vio al agresor ni fueron halladas vainas servidas, informaron fuentes policiales.
El hecho ocurrió esta mañana en la calle Lautaro al 700, a metros de Baldomero Fernández Moreno, en el barrio de Flores, y tanto la mujer como su hijo fueron trasladados al Hospital Piñero por una ambulancia del SAME. Según pudieron determinar los investigadores, todo ocurrió cuando la mujer de 39 años caminaba junto a su hijo de 11 y otra hija de 8 años, y se dirigían al colegio Eccleston, ubicado en la Avenida Carabobo a metros de Rivadavia. En cierto momento, se escucharon los disparos y la mujer cayó malherida al piso, con un disparo en la espalda, mientras que su hijo recibió un tiro en el glúteo y también cayó a la vereda.
Hasta ahora, las versiones fueron aportadas por la hija de la mujer de 9 años, quien se hallaba bajo una fuerte conmoción por lo ocurrido con su madre y con su hermano.
Los vecinos que vieron lo que pasaba llamaron de inmediato al teléfono de emergencias policiales 911, por lo que fue alertado el SAME que también envió una ambulancia. Los médicos que llegaron al lugar constataron las heridas y trasladaron a las dos víctimas al Hospital Piñero, donde quedaron internadas.
Según las fuentes policiales, la mujer presentaba una herida de gravedad y esta mañana era operada de urgencia; en tanto, su hijo se hallaba fuera de peligro.
Los policías de la comisaría 38a. intentaban determinar ahora de dónde provinieron los disparos, ya que en el lugar nadie vio al agresor y ni siquiera se hallaron vainas servidas. “La única persona que vio lo que pasaba era la niña de nueve años que dijo que no vio a nadie y que solo escuchó un ruido fuerte”, dijo un investigador.
Además, el chico de 11 años le contó algo parecido al médico pediatra que lo atendió en el lugar, que nadie se les acercó y que escuchó un estruendo. Por eso, intentaban relevar si en la zona existen cámaras de seguridad que pudieran haber captado el momento de la agresión y si se ve a alguien escapar del lugar.
Los pesquisas creen que no se trató de un hecho de robo, ya que en ningún momento se les acercó ninguna persona a exigirles dinero, pero de todas maneras se investigan todas las hipótesis. NT