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Cáncer de mama, el menos pensado entre los hombres: “Me operaron diez días después del diagnóstico”
La población masculina representa el 1% del total de los casos de la patología oncológica. El doctor Claudio Santa María contó cómo atraviesa la enfermedad y las dificultades que enfrenta para conseguir la medicación
Publicado
hace 1 añoel
El cáncer de mama es el menos pensado entre los hombres. Sin embargo, en el mundo y en la Argentina, la población masculina representa el 1% del total de casos de la enfermedad. Además, en nuestro país se estima que el 35% de los varones diagnosticados murió como consecuencia de la detección tardía, según los datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación.
En el Día Internacional de lucha contra el Cáncer de Mama, que se conmemora hoy 19 de octubre, vale recordar que el diagnóstico, la prevención, y el tratamiento entre hombres y mujeres es similar. Pero entre los varones, el cáncer de mama es un tema tabú. Avergüenza. Y casi no hay difusión, se presume por la baja incidencia estadística. En la gran mayoría de los casos, los profesionales no suelen aconsejar a sus pacientes que se realicen un chequeo mamario manual y rutinario, como sí ocurre con las mujeres. Por eso, la mayoría de los hombres desconocen que pueden padecer la afección.
Para el cáncer de mama la detección temprana es fundamental, ya que los tumores de menos de un centímetro tienen hasta el 90% de probabilidades de curación.
El médico y presidente de la Fundación Instituto Superior de Ciencias de la Salud, Claudio Santa María, se enteró hace poco más de un año que sufría cáncer de mama, una enfermedad que venía incubando, por el tamaño del quiste “de una aceituna”, dos años antes.
Su relato en primera persona impacta, alerta sobre la importancia de la prevención y la falta de insumos médicos, entre ellos drogas para el cáncer en el país. El profesor Santa María habla de manera abierta sobre su enfermedad. Por momentos sus ojos se llenan de lágrimas. “Pensé que me iba a morir. Me dio pavor”, dice.
— ¿No es grande un quiste, un nódulo, de ese tamaño, “el de una aceituna” como lo describiste?
— Es grande. Pero yo nunca me había palpado las mamas. Lo vi cuando me estaba afeitando una mañana y vi que un pezón en vez de tenerlo para afuera lo tenía para adentro. Y ahí fue cuando me palpé. Como me palpé una cosa como si fuera una aceituna dije “esto no está bueno” y empecé a estudiarme y ahí tuve la gran ventaja de que al tener amigos médicos por ser médico tuve acceso a un diagnóstico y en diez días me estaban operando.
— Normalmente no ocurre eso.
— La gente tarda meses. Tengo amigos que hacen diagnóstico por imágenes, conseguir un turno para que te hagan la mamografía, la biopsia, conseguir un turno de cirugía. Yo tuve la suerte de tener amigos médicos y médicos que no eran amigos que posibilitaron que quince días tuviera resuelto todo. Si no, quizás ahora no estaríamos hablando.
— ¿Por qué el pezón estaba retraído?
— Porque el tumor lo llevó para atrás. A veces los síntomas pueden ser que empiece a secretar leche. A veces se ve una tumoración. Por eso es importante la palpación tanto en el hombre como en la mujer. Y a veces ves un bultito y a veces se ven ganglios en la axila. Yo nunca me había palpado ni la mama ni la axila. De hecho, me sorprendí cuando tenía tantos ganglios, doce en total. O sea que el tumor lo tuve bastante tiempo antes, porque es de crecimiento lento. Y si se diagnostica, hoy se puede operar. Después el tratamiento es quimioterapia, radioterapia y tratamiento ambulatorio. Más del 90% de los tumores se pueden curar. El problema que tenemos es que llegamos tarde al diagnóstico, la gente no tiene acceso a mamografías o a ecografías mamarias donde claramente se ve a partir de que te haces el estudio.
—Cuándo te diagnosticaron cáncer de mama, y más siendo médico y divulgador científico, ¿qué te pasó?
— Me dio mucho miedo. Tengo la suerte de tener una amiga que es Fabiana Stigman que fuimos compañeros de Facultad de Medicina, que ella hace mamografías y ecografías mamarias, se dedica a eso. Es jefa de un servicio. Y cuando me palpé esta pequeña aceituna la llamé a ella, me citó al otro día al consultorio. Me dio pavor. Y te cuento algo muy íntimo, pensé que me iba a morir. Y tomé muchas decisiones. Te cambia la visión de la vida y los proyectos. Porque como soy médico aparte sabés que un 80% a 70% de la gente se cura, y un 20 a 30% no. Y vos no sabés, la suerte es loca y al que le toca le toca. De hecho, los hombres tenemos el 1% de posibilidad de tener cáncer de mama, hay millones de hombres en Argentina y solo se enferman por suerte 200, 250 por año y mueren 78, según los datos oficiales. Y me tocó a mí. Nunca sabes en qué parte del bolillero vas a estar.
A lo larga de la entrevista Claudio Santa María reconocerá que él mismo, como especialista, como doctor, como divulgador científico, nunca tuvo presente la importancia que también tiene en los hombres palparse las mamas como primera barrera de detección temprana de los nódulos cancerígenos.
—¿Cómo te cambió la vida el cáncer?
— He hecho modificaciones en mi vida, nada, uno piensa que no las tiene que tomar. He tomado decisiones familiares, personales, laborales, porque no sabés. Y como soy médico y he hecho toda mi vida prevención, también tengo que prever qué hacer con las cosas que uno maneja todos los días. Te cambia la perspectiva de la vida. Y mis amigos me dicen “bueno Claudio, va a andar todo bien”. Porque tu entorno también se modifica cuando alguien tiene cáncer. Y yo les digo mira, en el bolillero de la vida están todas las bolillas, ojalá que me toque la que me cure y esté dentro del 70% el 80%. También me queda claro que puedo estar en el 20 o en el 30% que se muere. Voy a hacer todo lo posible, de hecho, me operé, hice quimio, hice radioterapia, los tratamientos. Peleo para que haya tratamientos para mí y para todas las personas que no lo tienen. Pero bueno, esto es un discurrir día a día y es una apuesta. Tengo la suerte de tener trabajo. Trabajo todos los días, lo que me ha hecho un bien enorme. Hago terapia, mi analista me decía que suerte que no te deprimiste. Es terrible tener cáncer de mama y no conseguir los medicamentos en tu país.
—¿Cómo es eso?
— Ante la falta de drogas tuve que salir a buscarla fuera del país, pero lo pude hacer por los recursos y conocidos que tengo. Y eso hace que, bueno, que pueda tener proyectos, sueños, puedo seguir trabajando, puedo seguir juntándome con amigos, puedo seguir amando. Pero es complejo. Y le puede pasar a cualquiera. Me pasó a mí, le puede pasar a cualquiera. Me parece que es importante que tomemos un poco conciencia. Yo miré los debates presidenciales y ninguno habló seriamente de la salud y hablaron de educación, pero yo que estoy en la educación es tan nimio y mintieron tanto, y tienen tan poco en cuenta lo que nos pasa a cada argentino que me preocupa.
— Claro. ¿Y en tu caso el tratamiento cuál fue?
— A mí me operaron en octubre del año pasado. Me sacaron toda la mama y me sacaron todos los ganglios de la axila porque tenía varios ganglios. Algunos estaban rotos con lo cual figura que tenía metástasis, la posibilidad de metástasis. De diciembre del 2022 a marzo del 2023 me hice quimioterapia, es un tratamiento para eliminarlo. Descansé un mes, un mes y un medio, porque se me complicó después la quimio. Me hicieron radioterapia. Me aplicaron rayos. Durante dos meses iba todos los días de lunes a viernes a hacer radioterapia ahí al IAF. Y después ahora empecé con un tratamiento con tres medicamentos. Durante dos años tengo que tomar un medicamento que es Abemaciclib (Verzenio es la denominación comercial) que es el que está faltando, y dos hormonas porque mi tumor se estudió y tiene dependencia de hormonas, y esas hormonas las tengo que tomar de por vida porque eso disminuye la probabilidad. Así que hay cuatro etapas: cirugía, quimioterapia, radioterapia y tratamiento hormonal o inmunoterapia.
— ¿Qué droga está faltando?
— Yo recibí la primera droga el primer mes sin problemas y ahora la obra social no me la dio porque no ingresaba al país, por el dólar alto, por la especulación. Empecé a buscar y no había. Es una droga importada, el Abemaciclib. Yo tengo la suerte de tener muchos amigos y recursos. Averigüé si había en Chile y no hay. En Paraguay solo la conseguís con un recurso de amparo. En Uruguay vale el doble que en la Argentina. Y tengo un amigo, Lucas, que tiene una novia en Brasil que es médica, le conté mi caso, porque se compra solo con receta médica, me hizo la receta y la podía comprar. Cuando quise transferir la plata fui a los dos bancos que trabajo, ningún banco transfiere reales, transfiere dólares, y la cantidad de dólares que se pueden transferir no me alcanzaba ni para una caja. Así que tuve que ir, me prestaron la plata, compré reales cambiándolos por dólares y fui con los reales a Brasil, en el laboratorio me trataron muy bien. Mis amigos me hicieron toda la transferencia. Fui al laboratorio, hice un depósito en el banco, pagué, y a los tres días traje la medicación y ahora tengo medicación para unos días.
— ¿Y vos no podías transferir dólares de acá?
— No. Se pueden transferir 700.000 pesos por mes, como te decía la caja vale mil dólares. Hay que tener una factura y el laboratorio no me da factura si no le mando la plata. Y lo más importante que descubrí es que cuando empecé a buscar el medicamento en farmacias y droguerías, llamé a todos los laboratorios, descubrí cuando iba a averiguar, que había mucha gente, cientos y miles de argentinos que hace dos, tres meses que no tienen medicación oncológica y que faltan también insumos médicos para diálisis, catéteres, la gente que opera no tiene prótesis y faltan stents. Y este problema que yo lo pude resolver parcialmente, pero hay cientos de personas que no tienen ni voz ni son públicos ni tienen amigos como yo tengo que pueden decir lo que les pasa y no tienen solución. De hecho, averigüé en PAMI porque estoy jubilado y en PAMI hay tres clases de medicamentos, los que PAMI te da, los que te dan solo si tenés amigos o contactos y un grupo de drogas que no se consiguen, porque también el Estado tiene un banco de drogas para. La verdad es que es muy preocupante. Este tema casi no se trata. Y hay mucha gente que no tiene recursos para poder llegar a la medicina que necesita para salvar su vida. Y la otra cosa que me sorprendió cuando volví de Brasil pagué en el free shop porque tenía que hacer una atención a la gente que me hizo estas recomendaciones a un dólar de 375 y yo compré los dólares y cambié los reales a un dólar de $1.000, $1.100. Digo, estamos financiando a los ricos y la salud, la educación, la investigación, le cobramos cosas terribles.
— Uno piensa que el cáncer de mama en hombres es el cáncer menos pensado.
— La Argentina tiene 22.000 casos de cáncer de mama por año en mujeres y se mueren 5.400, el 25%. Y solo tienen los hombres el 1%. Los datos que hay oficiales son del 2020 los que te estoy contando y se murieron 78 hombres. O sea que los hombres se mueren más que las mujeres, 25% contra 35%, porque los hombres no piensan en un cáncer de mama y el diagnóstico es tardío. Casi nadie sabe que los hombres pueden tener cáncer de mama.
— ¿Pero por qué eso no se difunde o por qué los médicos no te dicen bueno, te tenés que ir a controlar? ¿Se controla igual que la mujer?
— Se controla igual. Se hace por mamografía después de los 50 años uno tiene que hacer una mamografía por año. En los hombres no está y no está por la incidencia. Yo le pregunté a la gente que hace mamas, me dicen Claudio, es que es abrumadora la cantidad de casos y muertes que hay, 22.000 y 5.400 se mueren por año, un 25%, y los hombres como es el 1%, hay 220 casos por año, pocas personas se controlan. Y la verdad es que cuando fui a hacerme los estudios encontré en el consultorio de mamografía 50 mujeres y un hombre. Y en algunos otros, donde me hice las punciones, no había ninguno.
— Y el hombre eras vos.
— El hombre era yo. Y en algún otro encontré uno más y, claro, te sentís raro. Yo estuve en un consultorio dos horas esperando para que me hagan la primera mamografía y ecografía para confirmar. Yo lo descubrí afeitándome. Un día vi que un pezón estaba retraído para adentro, ahí me di cuenta. Me palpé, no había sentido nada, me encontré con una nuez pequeña, una aceituna te diría. Y a partir de ahí llamé, tengo muchos médicos amigos. Llamé a una mastóloga, Fabiana, y en dos o tres días lo que la gente tarda meses en diagnosticarse yo pude hacer la mamografía, la ecografía. Conseguí al doctor que fue el que me operó y el cáncer estaba avanzado. Yo tampoco nunca me había controlado las mamas y me tuvieron que sacar el 17 de octubre del 2022 me sacaron la mama y me sacaron doce ganglios de la axila. Tres de los ganglios estaban rotos con lo cual tengo posibilidad de tener metástasis. De ahí la importancia de tener la medicación para tratarse. Pero no hay conciencia que los hombres se pueden enfermar y la gente no lo sabe. De hecho, algunos periodistas amigos me decían nunca escuché que los hombres, ni sabía. La verdad que es un caso preocupante.
— ¿Y cuál es la prevención?
— Mira, hay factores de riesgo, pero el 75% de los tumores no tienen antecedentes genéticos. De hecho, yo me estudié genéticamente sobre todo por mi hija, mi nieta, y no tenemos genes cancerígenos en la familia. Es una buena cosa. Por lo tanto, la prevención tiene que hacerse las mujeres después de los 50 una mamografía por año. Y hay factores predisponentes. La obesidad es un factor predisponente. El sedentarismo. El consumo de alcohol es predisponente. Tomar hormonas es predisponente. Y es importante que las mujeres se hagan un análisis después de cada día del mes que tienen menstruación. Enseñar a palpar la mama como la aguja del reloj después de bañarse, levantan el brazo, lo ponen así. Y la consulta al ginecólogo. En el hombre es difícil porque el hombre nadie piensa que pueda tener. Sería bueno que las mujeres cuando mimen a sus hombres les revisen los senos, se puede tocar, se puede besar, y ahí si ven alguna dureza. Porque el hombre llega tarde a la consulta.
— ¿El hombre debe palparse igual que las mujeres?
— Nos palpamos igual que las mujeres. Deberíamos palparnos. Después de los 40 te diría o a los 50 que es más frecuente. A mí me pasó cuando tenía 64 años la verdad. Es más frecuente el tumor de mama después de los 50. Y es muy importante que uno se palpe, que sepa y que lo tenga cuando vas a hacer el control anual decirle al médico que te chequee. Hoy se puede chequear. Y el problema que hay es que los médicos con el tiempo que les dan no están haciendo examen físico, no te revisan.
— ¿Cuándo fue la fecha aproximada que descubriste que tenías cáncer de mama?
— En septiembre. Para la época de la primavera.
— Septiembre de 2022.
— De 2022.
— ¿Y se supone que hacía cuánto tiempo lo tenías?
— No se sabe. Yo le pregunté a mi médico y me hice estudios genéticos, pero por la magnitud de los ganglios que tenía en la axila lo tenía hacía bastante tiempo. Bastante tiempo es más de uno o dos años o más que lo tenía pequeño. Sobrepeso, tengo sobrepeso, tal vez eso fue un factor de riesgo que ocultó la mama este tamaño que te decía. Y la verdad es que no me había dado cuenta que tenía un pezón, gracias a que me afeité un día y como era primavera me afeité sin tener una camiseta puesta, porque en Ezeiza hace más frío habitualmente, cuando me vi en el espejo que tenía el pezón retraído ahí empezó el autodiagnóstico porque me palpé y tenía esta pequeña aceituna. Me hicieron la ecografía y ahí descubrí que tenía un tumor.
— Cuando decís que te sacaron la mama, ¿hay para los hombres el mismo tipo de reconstrucción que para las mujeres?
— No se lo ofrecen. A veces ni se lo ofrecen a las mujeres. Nadie me ofreció. Tengo dos cicatrices, más allá que mi cirujano fue muy bueno, tengo dos cicatrices que por ejemplo a mi nieta le impresionan. Le conté una historia fantástica que había luchado con un león para que sea más grato. Pero la verdad es que impresiona y me costó aceptarme y duele y molesta bastante porque está retraída y falta un pedazo del cuerpo porque me sacaron la mama. Del lado izquierdo la tengo, del lado derecho no la tengo.
— ¿Y se puede hacer algo estético si uno quiere?
— Se podría hacer. No la cubren las obras sociales la reconstrucción, habría que pagarlo. No lo pensé. Hay gente que se hace hasta un tatuaje encima, qué sé yo. Hoy me preocupa más la falta de medicamentos. Eso todavía hoy no me preocupa, estoy más… De hecho, tengo pesadillas porque no hay medicamentos y que se acaben y tengo para unos días de lo que traje y hoy no se sabe.
— En este transcurrir, en este año, ¿te encontraste con algunos otros pacientes hombres que tuvieron cáncer de mama y pudieron compartir experiencias?
— En el IAF, en el Instituto Argentino Fleming, que ahí me trato, mi obra social me derivó ahí y la verdad que me atienden, el cuerpo médico, de enfermeras, cuando tuve algunas complicaciones la verdad que al ser especializado en cáncer la verdad que el tratamiento, el seguimiento y la contención es muy, muy buena. Vi a otros hombres ahí, hemos charlado poco. Creo que los hombres somos muy pudorosos. Nos hemos cruzado en la sala de espera. He visto. Ahora, lo que se ve es una abrumadora cantidad de mujeres e incluso me impresionó, yo voy regularmente al IAF y muchas chicas jóvenes. Me impresiona. Más allá de grandes. Y cuando esperaba para hacer quimioterapia, radioterapia, me impresiona. Y cuando vi las cifras oficiales del Ministerio de Salud 22.000 mujeres por año tienen cáncer de mama. Argentina y Uruguay tienen una alta tasa de mortalidad porque hay poco diagnóstico preventivo y seguimiento. En América del Sur los dos países que tienen más alta mortalidad son Argentina y Uruguay. Creo que la gente no sabe y hay difícil acceso a la salud para que una mujer se haga una mamografía, le den un turno. Cuando le da positivo que consiga la verdad que a veces tarda meses y eso complica.
— Como médico y como mensaje final si querés por el tema de prevención y lo que quieras dejar partiendo de tu caso como disparador.
— La diferencia la hace el diagnóstico temprano. Háganse los controles anuales, tanto los hombres como las mujeres. El hombre piense que puede tener cáncer de mama, que por suerte es raro, es el 1%, pero a 250 hombres por año en Argentina les toca. Que tiene una alta tasa de mortalidad en el hombre, 35% contra 25% la mujer porque no se piensa y se hace diagnóstico tardío. Y que los hombres lleven a sus mujeres a controlar, a hacerse papanicolau y la mamografía. Y que los hombres sobre todo después de los 50 años te diría tenemos que estudiarnos cáncer de colón, cáncer de mama y de próstata que son los tres que vos tenés ahí en la estadística la incidencia y me parece que la prevención hoy con los buenos tratamientos que hay si lo diagnosticamos temprano tenemos más del 90% de posibilidad de cura. Me parece no está bueno que lleguemos tan tarde.
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