Es el espectro de Belek, un húngaro que fue expulsado del Circo de los Zares. Vivió sobre la calle Recuero, casi esquina Castañón.
Fue un enano húngaro que un día se convirtió en vampiro y a quien se lo responsabilizó de una sangrienta matanza de animales, relevó Crónica Fenómenos Paranormales con datos aportados por los vecinos.
Desde entonces el misterio creció de la mano del miedo, porque dicen que el pequeño Drácula se alimentaba con la sangre de perros y gatos callejeros, cuyos cadáveres desollados abandonaba en los jardines y en las veredas.
El tiempo ha pasado, pero todavía hay casas que conservan la ristra de ajo a un lado de la puerta. Cuando alguien pregunta el porqué, la mayoría prefiere responder que es para atraer la buena suerte, aunque en realidad existiría una consigna secreta que prohíbe mencionar el verdadero significado de esa especie de exorcismo.
Los antiguos pobladores del Bajo Flores cuentan que, luego de comprobar los estragos y matanzas, una noche de invierno un grupo de hombres logró cazar al enano vampiro. Se unieron en el coraje y, al seguir sus pasos, lo atraparon en las proximidades de la estación de tren.
Recuerdan que habían preparado la trampa con la red de un arco de fútbol, pero el muy bandido se les escapó por un agujero de la malla descosida.
Aquel extraño ser medía menos de cincuenta centímetros, tenía cabeza ovalada con cabello rizado de color rojizo y se movía con mucha rapidez. Desde aquella noche nadie pudo acercársele a menos de cien metros.
La casa que el enano había elegido como escondite tenía aspecto de castillo embrujado y ninguno de los vecinos se había animado siquiera a asomarse hasta que una tarde uno de los chicos que jugaba en la vereda de enfrente descubrió una espantosa escena: en el espacio que alguna vez ocuparon los jardines de la casona yacían destrozados varios animalitos. Se supo después que habían sido víctimas de un depredador y por esa horrible faena responsabilizaron al enano Belek. En ese mismo sitio encontraron días después las osamentas de todas las mascotas que habían desaparecido.