Por estos días, muchos vecinos
se habrán llevado una desagradable
sorpresa al recibir la factura
de gas. Un aumento desproporcionado
en relación a lamisma
factura del año pasado es el común
denominador en la mayoría
de los casos aunque, sorprendentemente,
el consumo no haya variado
demasiado.
Este aumento tiene explicación en
dos medida s que apl i có e l
GobiernoNacional a fines del año
pasado y que recién se sienten
ahora, debido al mayor consumo
de gas provocado por el invierno.
Por un lado, el valor del metro cúbico
(m3) aumentó hasta un 60%,
diferenciando los aumentos según
el nivel de consumo. Por el otro,
se comenzó a aplicar un nuevo
c a r g o d e n omi n a d o Fo n d o
Fiduciario que estaría destinado a
comprar gas importado debido al
agotamiento de nuestras reservas.
Este cargo, en general, duplica el
valor del gas. De este modo, el m3
que antes costaba 0,14 $ cuesta
ahora, en el caso de mayor consumo
0,52 $ (sin impuestos).
El problema está en que el límite
de “mayor consumo” incluye a la
mayoría de los hogares. Así, no es
extraño que las facturas vengan
hasta cuatro veces más caras que
el año pasado.
Ante este panorama desolador,
naturalmente, la medida más inmediata
es reducir el consumo.
Pero no por eso debemos pasar
frío. Una combinación en el uso
del gas y la electricidad junto a un
usomás racional de la energía puede
ayudarnos a gastar menos.
Así, lo primero que se debe hacer
es evitar toda perdida de calor de
los ambientes y, en lo posible, favorecer
su ganancia de forma natural.
Para esto es necesario asegurar
la perfecta estanqueidad de
puertas y ventanas colocándoles
burletes en todo su perímetro. Por
otra parte, losmateriales poco aislantes
que estén en relación con el
exterior, como vidrios, chapas o
paredes de poco espesor deben ser
protegidos mediante cortinas,
persianas, cielorrasos o revestimientos
adecuados.
Una vez asegurada la conservación
del calor, es muy beneficioso
si se puede lograr su ganancia en
forma natural. Para esto, lo mejor
es aprovechar el sol, que por ahora
es gratis. Cualquier ventana que
reciba sol directo es una importante
fuente de calor que, si está
bien orientada, puede llegar a
evitar el uso de calefacción durante
el día. De este modo, se deberá
tener la precaución de mantener
las cortinas abiertas mientras
haya sol y cerrarlas apenas
desaparezca, manteniendo así el
calor por más tiempo.
En próximos artículos comentaré
algunos métodos mas sofisticados
para aprovechar la energía
natural, pero con estos sencillos
recursos se puede lograr una sensible
mejora en lo inmediato.
Aplicando estas medidas se puede
disminuir bastante la necesidad
de generar calor, pero difícilmente
se llegue a evitarla. Será
necesario entonces realizar un
uso racional y consciente de los
medios disponibles, para lo cual
es fundamental conocer el consumo
de los artefactos que se
usarán. En el caso de los eléctricos
esto es bastante fácil. Su consumo
se mide en watts (W) y aparece
siempre en el manual de uso
o en alguna etiqueta pegada en el
aparato, y representa la cantidad
de energía que ese elemento consume
en una hora. De ese modo,
un caloventor de 2000 W consumirá
esa cantidad de energía por
cada hora que esté encendido. O
lo que es lo mismo 2 kWh (kilowatts
hora, que es la unidad usada
por la compañía de electricidad, y
equivale a 1000 W por hora).
Conociendo el valor del kWh solo
habrá que multiplicar para conocer
el gasto de cada artefacto.
Para el ejemplo del caloventor,
mantenerlo encendido durante
una hora costará 0,086 $ sin impuestos.
En el caso del gas, la compañía factura
por m3, pero los artefactos
miden su consumo en kcal /h (kilocalorías
por hora). Para hacer el
pasaje de unidades hay que considerar
entonces el denominado poder
calorífico del gas, que es un valor
dado por la compañía y que en
general es de 9300 kcal / m3. De
ese modo una estufa de 5000 kcal
/h consumirá 0,54 m3 de gas por
cada hora que esté encendida, valor
que surge de dividir el consumo
por el poder calorífico.
Considerando el nuevo precio del
gas, esa estufa costará 0,28 $ por
hora, sin impuestos.
En cualquiera de los dos casos, el
consumo total de la vivienda resultará
de sumar los consumos de
todos los artefactos.
A simple vista, parecería mucho
más conveniente la calefacción
eléctrica, pero en realidad no es
tan simple. Según el artefacto que
se use, habría que colocar mayor
cantidad para obtener el mismo
resultado que con artefactos de
gas. Por otra parte, el valor del m3
disminuye si el consumo es chico,
manteniéndose sin aumentos para
consumos inferiores a 800 m3
por año. Por eso, lo mejor sería reducir
el uso de equipos a gas, complementándolos
con eléctricos en
forma alternada o en ambientes
chicos.
Esperamos que estos recursos sirvan
a los vecinos de Flores para
sobrellevar mejor estos momentos
de precios altos y para ir adaptando
los hábitos de consumos a
una crisis energética que vino par
a q u e d a r s e p o r b a s t a n t e
tiempo.