Escribe Víctor Colombano
El 8 de junio de 1973 los miembros de la CGT y la CGE firmaron un pacto social que tenía como objetivo concertar la política económica nacional entre los tres sectores claves de la economía: el Gobierno, la Industria y los Trabajadores. El objetivo era conseguir la recuperación económica del país que tenía no solo problemas coyunturales como la inflación, sino también estructurales.
Hace poco tiempo el gobierno encabezado por Alberto Fernández, 47 años después de aquella firma, se reunió con integrantes de la UIA, la Cámara de la Construcción, el Consejo Agroindustrial, la Asociación de Bancos de la Argentina (ADEBA) y la Asociación de Bancos Argentinos (ABA), dirigentes de la CGT, la CTA y las organizaciones sociales nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). El objetivo es claro: poner a la Argentina de pie nuevamente.
La situación por la que pasa nuestro país es alarmante. A la destrucción de nuestra economía producto de las políticas del gobierno de Mauricio Macri, se le sumó una pandemia que provocó una crisis económica mundial. Hoy la única salida es ir hacia adelante y volver a levantarnos como ya lo hicimos tantas veces, pero para eso es necesario nuevamente que el gobierno, la industria y los sindicatos se unan por el bien común.
Este acuerdo económico y social ya era una idea que había comenzado en febrero con la creación del Consejo Económico y Social, pero con la emergencia sanitaria tuvo que posponerse. Ahora, con las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional más cerca, se vuelve sumamente necesario que se logre una mesa de diálogo y debate para que haya consenso entre las partes y así lograr la reactivación económica que tanto necesita nuestro país. Tienen que estar todos los que estabilizan la economía y los que pueden desestabilizarla con sus acciones en el mercado, tienen que entender que es momento de ver intereses comunes y no solo intereses propios.
Sabemos que hay diferencias entre los sectores pero debemos trabajar en la búsqueda de consensos por el bien común. La política es la herramienta que tenemos para cambiar la realidad. Tanto el gobierno, generando políticas inclusivas con igualdad de oportunidades, y la oposición ejerciendo ese rol con responsabilidad, no deben dejar pasar la oportunidad del encuentro.
No puede ser que en 11 meses de gobierno, donde asumió Fernández en un país con una de sus crisis más profundas, sumado a la pandemia, la oposición lo único que hizo fue convocar marchas contrarias plagadas de odio y revanchismo, sin argumentos ni reclamos claros y concretos. Esa no es una oposición seria y responsable como requiere el momento, están pensando electoralmente y es momento de pensar en nuestra patria.
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Estamos frente a una crisis mundial por lo que es necesario más que nunca lograr acuerdos para generar políticas que beneficien a los argentinos. En este contexto, es necesario generar un pacto social común. De esta manera, estoy seguro que lograremos revertir poco a poco nuestra realidad, debemos trabajar y pensar en conjunto para poder acabar con la falta de empleo y la pobreza. Pensar soluciones en conjunto que nos involucren solidariamente sin exclusiones.
En el nuevo pacto social tenemos que lograr una mejor versión de nosotros mismos, unidos desde todos los sectores, para lograr una sociedad más justa e igualitaria en donde todos tengamos los mismos derechos y oportunidades. Es la hora de dejar los sentimientos de odios y divisiones de lado, buscar todo lo que nos une sin que cada uno pierda su identidad. La única forma de terminar con la pobreza, el hambre y la injusticia en todos sus sentidos es que pensemos que estos problemas nos conciernen a todos, que las soluciones nos involucren solidariamente a toda la sociedad sin exclusiones. La construcción del futuro está en nuestras manos, estamos en el camino correcto. Es la hora de encuentros y acuerdos. No la dejemos pasar.