La investigación abarcó 1.787 personas mayores de 65 años, en 20 provincias de la Argentina, y formó parte de un programa integral a través del cual el Observatorio Humanitario de la Cruz Roja para detectar los efectos de la pandemia en diversos grupos sociales.
La Cruz Roja elaboró un Índice de Bienestar de Adultos Mayores (IBAM), en función del nivel de satisfacción individual en cinco áreas clave de la vida cotidiana: Alimentación; Afecto y Cariño; Salud; Economía; y Recreación. En la Argentina, el índice de Bienestar promedio resultó de 5,2 en una escala del 1 al 10, donde el 1 representa el nivel más bajo y el 10, el más alto. Este índice descendió a medida que aumentó la edad de los encuestados y fue menor en regiones urbanas densamente pobladas como el AMBA (4,9). Alejarse de las grandes ciudades, ser parte de una familia y tener hijos y/o nietos mejoró la percepción de bienestar.
El Papa Francisco criticó la “virulencia” hacia algunas vacunas
“Se muestra con claridad que muchos de los adultos mayores necesitan encontrar el modo de recuperar sus lazos sociales y sus salidas cotidianas en la medida de lo posible. Por supuesto, se debe reforzar el apoyo en aquellos que pertenecen a estratos sociales más bajos, con insatisfacción de sus necesidades básicas. También es necesario revisar el trato que muchas veces tenemos hacia ellos como sociedad, para ayudarlos a superar las dificultades de la pandemia ”, destacó Cuba.
Uno de los principales pilares del bienestar es el aspecto lúdico, la conexión con los cosas grandes o pequeñas que producen placer, según el estudio la recreación fue uno de los aspectos más impactados por la pandemia. Un 56% de los adultos mayores declararon que están poco o nada satisfecho con su situación. Mientras que un 72% de los encuestados solía encontrarse con amigos de manera presencial o virtual antes de la pandemia, este porcentaje bajó al 33% en la actualidad. Por otro lado, un 44% realiza menos actividad física que antes y también cayó el porcentaje de los que hacen actividades artísticas, de un 30% a un 12% en la actualidad.
El miedo al contagio, sumado a la ansiedad sobre el estado la salud de los familiares y la incertidumbre por las medidas sanitarias restrictivas generaron un fuerte impacto en la salud mental de los mayores. El informe reveló que la pandemia generó un mayor consumo de tranquilizantes, ansiolíticos y sedantes, la proporción subió de 28% a 37%.
El informe fue elaborado por la Cruz Roja Argentina, una asociación civil integrante del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, la red humanitaria más grande del mundo. Su misión es contribuir a mejorar la vida de las personas en situación de vulnerabilidad.