Si querés tener una huerta orgánica, pero no tenés el espacio que creés necesario porque vivís en un departamento, seguí estos consejos y vas a poder armarla en tu balcón.
(CABA) Para hacer una huerta orgánica, solo hace falta un poco de sol, algunos elementos básicos (tierra, semillas, plantines), un mínimo de espacio como un metro cuadrado y una serie de recomendaciones básicas. Tan solo con eso, el balcón de tu departamento podría convertirse en pocos meses en una huerta orgánica. A saber:
– Para dar el primer paso aparecen dos métodos posibles que en un punto del proceso se relacionan. Uno de ellos, es más extenso, más laborioso, pero menos costoso y más consecuente con el cuidado del medio ambiente. Este ciclo comienza con lo que se llama compostaje, un proceso de transformación de la materia orgánica para obtener abono natural. Y se puede lograr, por ejemplo, utilizando de base un tacho de plástico, especialmente esos que vienen con un entramado, útil para que la materia orgánica se oxigene. Dentro del recipiente se colocan todos los residuos de la casa que sean restos de comida – sobre todo de verduras-; no se recomiendan para empezar utilizar huesos o cáscaras de huevos. Si la intención es obtener rápidamente la tierra, habrá que removerlo todos los días y al cabo de dos semanas se obtendrá el humus que será la base para lograr los primeros cultivos.
“Si hablamos de huerta orgánica, estamos hablando también de lo que implica ese impacto en el medio ambiente. Y de esta forma lo interesante es que no sólo estás generando una solución, sino que además estás resolviendo el tema de la basura de tu departamento produciendo comida”, justifica el procedimiento Arturo Sánchez Tomaselli, permacultor, asesor y proveedor de productos orgánicos y naturales.
– La segunda opción es más sencilla y saltea el proceso anterior. Comienza con la adquisición de la tierra y con el sustrato orgánico, fundamental para tener éxito en su cosecha. “El sustrato le va a dar al medio una función de tipo física, como química y nutricional. Entonces la planta en esa situación de cautiverio, ahí tiene lo que necesita y no se estresa, está oxigenada y no tiene carentes nutricionales y fundamentalmente previene enfermedades.”, explica Sonia Pérez, técnica en Floricultura (UBA) y dueña del Vivero Sonyando.
Luego hay que elegir el espacio en tu balcón: con un mínimo de un metro cuadrado para destinar los cultivos es suficiente. Para colocar la tierra se pueden utilizar macetas, cajones o palets. La luz va a ser un factor determinante de cara al éxito de la cosecha y la variedad de plantas que puedan obtenerse. “Hay que analizar con qué calidad de ambiente contás: qué sol tenés, si es directo o si la luz es difusa. Si le da solo de mañana o solo de tarde, si hay cerramiento.”, explica Sonia Pérez. No obstante -aclara la especialista- con poca luminosidad también se puede obtener cultivos. De hecho, si el balcón es interno y le llega poco el sol se pueden obtener plantaciones mínimas como las aromáticas (orégano, menta, albahaca) o rúcula, radichetas y algunas lechugas de corte. En condiciones óptimas la nuestra producción puede dar desde tomates, pasando por repollo, pepinos, lechuga, brócoli, porotos, quinotos y hasta frutillas. “Lo que es fruta es lo que más tiempo necesita y lo que es hoja menos”, acota Sánchez Tomaselli.
– La próxima instancia es empezar a sembrar la futura cosecha. Al igual que sucede con la tierra hay dos caminos a tomar. El más largo consiste en comenzar con la adquisición de las semillas. En el INTA, a través del programa PROHUERTA, pueden obtenerse gratis. En su defecto, la otra opción es comprar las orgánicas, cuyo sobre vale 10 pesos. La segunda variante, más sencilla, -y más aconsejable para principiantes- consta de comprar los plantines ($5 cada uno), cuya cosecha es muy variable según el fruto utilizado. Un plantín de tomate -por ejemplo- puede generar de 1 a 3 kilos.
Una vez realizados los cultivos solo queda cuidarlos, controlarlos mínimamente y esperar unos tres meses para la primera cosecha. El costo total para comenzar, en el caso de optar por el procedimiento más sencillo -que incluye macetas, plantines y o semillas y sustrato orgánico- cuesta al alrededor de 250 pesos por metro cuadrado. Y es una suma que no volverá a gastarse en su totalidad, si no cada tanto para reponer plantines y el sustrato. Bastante accesible, teniendo en cuenta que podés empezar a generar parte de una alimentación mucho más sana en tu casa.
Fuente consultada: Conexión Brando